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La resolución de problemas es un proceso mental que implica descubrir, analizar y resolver problemas. El objetivo final de la resolución de problemas es superar obstáculos y encontrar la solución que mejor resuelva el problema.
La mejor estrategia para resolver un problema depende en gran medida de la situación específica. En algunos casos, es mejor que las personas aprendan todo lo que puedan sobre el tema y luego utilicen el conocimiento fáctico para encontrar una solución. En otros casos, la creatividad y la perspicacia son las mejores opciones.
No es necesario seguir los pasos de resolución de problemas de forma secuencial, es común omitir pasos o incluso volver a realizarlos varias veces hasta llegar a la solución deseada.
Para resolver correctamente un problema, suele ser importante seguir una serie de pasos. Los investigadores a veces se refieren a esto como el ciclo de resolución de problemas. Si bien este ciclo se describe de manera secuencial, las personas rara vez siguen una serie rígida de pasos para encontrar una solución.
Los siguientes pasos incluyen el desarrollo de estrategias y la organización del conocimiento.
Índice
1. Identificación del problema
Aunque parezca un paso obvio, identificar el problema no siempre es tan sencillo como parece. En algunos casos, las personas pueden identificar por error la fuente incorrecta de un problema, lo que hará que los intentos de resolverlo sean ineficaces o incluso inútiles.
Algunas estrategias que puedes utilizar para descubrir el origen de un problema incluyen:
- Hacer preguntas sobre el problema
- Dividiendo el problema en partes más pequeñas
- Mirando el problema desde diferentes perspectivas
- Realizar investigaciones para determinar qué relaciones existen entre diferentes variables.
2. Definición del problema
Una vez identificado el problema, es importante definirlo por completo para poder resolverlo. Para definirlo, se puede definir operativamente cada aspecto del problema y establecer objetivos para los aspectos del problema que se abordarán.
En este punto, debes centrarte en determinar qué aspectos de los problemas son hechos y cuáles son opiniones. Plantea el problema con claridad e identifica el alcance de la solución.
3. Formulación de una estrategia
Una vez identificado el problema, es hora de empezar a pensar en posibles soluciones. Este paso suele implicar generar tantas ideas como sea posible sin juzgar su calidad. Una vez que se han generado varias posibilidades, se pueden evaluar y reducir.
El siguiente paso es desarrollar una estrategia para resolver el problema. El enfoque utilizado variará según la situación y las preferencias particulares de cada individuo. Las estrategias de resolución de problemas más comunes incluyen la heurística y los algoritmos.
- Las heurísticas son atajos mentales que suelen basarse en soluciones que han funcionado en el pasado. Pueden funcionar bien si el problema es similar a algo que ya has experimentado antes y suelen ser la mejor opción si necesitas una solución rápida.
- Los algoritmos son estrategias paso a paso que garantizan un resultado correcto. Si bien este enfoque es excelente para la precisión, también puede consumir tiempo y recursos.
Resumen
Las heurísticas suelen emplearse mejor cuando el tiempo es esencial, mientras que los algoritmos son una mejor opción cuando una decisión debe ser lo más precisa posible.
4. Organización de la información
Antes de llegar a una solución, es necesario organizar la información disponible. ¿Qué sabes sobre el problema? ¿Qué no sabes ? Cuanta más información tengas disponible, mejor preparado estarás para llegar a una solución precisa.
Al abordar un problema, es importante asegurarse de contar con todos los datos necesarios. Tomar una decisión sin la información adecuada puede dar lugar a resultados sesgados o inexactos.
5. Asignación de recursos
Por supuesto, no siempre contamos con dinero, tiempo y otros recursos ilimitados para resolver un problema. Antes de comenzar a resolver un problema, es necesario determinar qué tan prioritario es.
Si se trata de un problema importante, probablemente valga la pena asignar más recursos a su solución. Sin embargo, si se trata de un problema poco importante, no conviene gastar demasiados recursos disponibles en encontrar una solución.
En esta etapa, es importante considerar todos los factores que podrían afectar el problema en cuestión. Esto incluye analizar los recursos disponibles, los plazos que deben cumplirse y los posibles riesgos que implica cada solución. Después de una evaluación cuidadosa, se puede tomar una decisión sobre qué solución seguir.
6. Seguimiento del progreso
Después de seleccionar una estrategia para resolver problemas, es hora de poner el plan en práctica y ver si funciona. Este paso puede implicar probar distintas soluciones para ver cuál es la más eficaz.
También es importante monitorear la situación después de implementar una solución para garantizar que el problema se haya resuelto y que no hayan surgido nuevos problemas como resultado de la solución propuesta.
Las personas que resuelven problemas de manera eficaz tienden a controlar su progreso a medida que avanzan hacia una solución. Si no están logrando un buen progreso hacia el logro de su objetivo, reevaluarán su enfoque o buscarán nuevas estrategias .
7. Evaluación de los resultados
Una vez que se ha llegado a una solución, es importante evaluar los resultados para determinar si es la mejor solución posible al problema. Esta evaluación puede ser inmediata, como comprobar los resultados de un problema de matemáticas para asegurarse de que la respuesta sea correcta, o puede retrasarse, como evaluar el éxito de un programa de terapia después de varios meses de tratamiento.
Resumen
Una vez que se ha resuelto un problema, es importante tomarse un tiempo para reflexionar sobre el proceso que se utilizó y evaluar los resultados. Esto le ayudará a mejorar sus habilidades de resolución de problemas y a ser más eficiente a la hora de resolver problemas futuros.
Una palabra de Verywell
Es importante recordar que existen muchos procesos de resolución de problemas con diferentes pasos, y este es solo un ejemplo. La resolución de problemas en situaciones del mundo real requiere una gran dosis de ingenio, flexibilidad, resiliencia e interacción continua con el entorno.
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