Mutismo selectivo vs. trastorno de ansiedad social: ¿cuáles son las diferencias?

Un estudiante de secundaria preocupado mirando su examen antes de comenzar un examen.

Willie B. Thomas / Imágenes Getty


El mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social comparten síntomas similares, pero son trastornos distintos. Sin embargo, los investigadores creen que ambos trastornos están relacionados entre sí y que, a menudo, se presentan juntos al mismo tiempo.

Si bien se clasifican como trastornos diferentes, algunos investigadores han caracterizado el mutismo selectivo como una forma más grave del trastorno de ansiedad social.

Alrededor del 9,1 % de los adolescentes padecen trastorno de ansiedad social en algún momento antes de los 18 años. El mutismo selectivo es menos común y afecta a alrededor del 1 % de los niños. Los estudios sugieren que casi el 40 % de los niños con mutismo selectivo también padecen trastorno de ansiedad social.

Obtenga más información sobre las diferencias entre el mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social. Hable con el médico de su hijo si cree que su hijo podría tener una o ambas afecciones.

Síntomas

Tanto el mutismo selectivo como el trastorno de ansiedad social se caracterizan por la ansiedad en situaciones sociales. Los niños con ansiedad social sienten ansiedad en respuesta a situaciones sociales o de desempeño. Esta ansiedad genera una angustia significativa, interfiere con la capacidad del niño para funcionar y, a menudo, contribuye a conductas de evitación.

El mutismo social hace que los niños dejen de hablar en determinadas situaciones sociales. Aunque hablan en otros entornos, como en casa o con personas que conocen, suelen volverse completamente mudos en otras situaciones. Los síntomas de la afección afectan la vida social del niño, su capacidad para mantener amistades y sus logros educativos. 

Mutismo selectivo

  • No verbal en la escuela o con extraños

  • Incapacidad para hablar delante de otras personas

  • Rigidez, inquietud, falta de contacto visual.

  • Confiar en señales no verbales para comunicarse

  • Timidez

  • Hablar en casa o con personas conocidas

Ansiedad social

  • Ansiedad en situaciones sociales

  • Miedo a las cosas nuevas

  • Miedo a hablar con los demás

  • Miedo a hablar en público

  • Irritabilidad, llanto, rabietas.

  • Tranquilo y pasivo

  • Miedo a las evaluaciones negativas

Causas

Las causas exactas del mutismo selectivo y del trastorno de ansiedad social no se comprenden por completo. Se cree que influyen diversos factores, como la genética, las variables ambientales y las influencias sociales.

Mutismo selectivo

El mutismo selectivo parece tener algunas influencias genéticas. Según la Organización Nacional de Enfermedades Raras (NORD), algunos niños pueden tener una vulnerabilidad genética que interactúa con factores ambientales para aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Los niños que padecen esta afección suelen tener familiares que también padecen trastornos de ansiedad . Los factores de temperamento y las influencias familiares pueden aumentar el riesgo de un niño. Por ejemplo, un niño con un temperamento tímido e inhibido que crece rodeado de adultos que modelan conductas ansiosas podría tener más probabilidades de desarrollar mutismo selectivo.

Los niños que son muy tímidos , tienen un trastorno de ansiedad y temen avergonzarse tienen más probabilidades de experimentar mutismo selectivo.

Trastorno de ansiedad social

Al igual que el mutismo selectivo, se cree que el trastorno de ansiedad social se origina en una combinación de variables genéticas, ambientales y sociales. Algunas evidencias muestran que la ansiedad social tiende a ser hereditaria. Ciertos temperamentos, que están asociados con influencias genéticas, están vinculados a un mayor riesgo de ansiedad social. 

Los niños con ansiedad social tienden a tener temperamentos tímidos caracterizados por mayores niveles de inhibición conductual . Los niños con este temperamento tienden a ser más temerosos y resistentes cuando se enfrentan a situaciones desconocidas.

Las diferencias estructurales en el cerebro también pueden influir. Por ejemplo, una amígdala hiperactiva , la parte del cerebro asociada con el miedo, puede hacer que las personas interpreten las situaciones sociales como amenazantes y que les provoquen miedo.

Las influencias ambientales, incluida la observación de comportamientos ansiosos en otros, también pueden contribuir a la aparición de la enfermedad.

Diagnóstico

Para realizar un diagnóstico, el médico le hará preguntas sobre los síntomas del niño. Querrá saber más sobre el tipo de síntomas que experimenta el niño, cuándo los tiene y qué tan graves son. Además de observar el comportamiento del niño, también puede hablar con otras personas que interactúan con él, como maestros y otros miembros de la familia.

Si bien ambas afecciones comparten similitudes, existen patrones de síntomas que pueden ayudar a distinguirlas. Los niños con trastorno de ansiedad social tienen más probabilidades de presentar síntomas físicos, como dolores de cabeza y de estómago frecuentes. 

Los niños con mutismo selectivo tienen más probabilidades de presentar otras dificultades del habla, como problemas para comprender el habla y retrasos en el habla. Los síntomas de la afección suelen comenzar antes y se producen en entornos específicos.

Los niños con mutismo selectivo también pueden tener mayor inhibición conductual y mostrar mayor miedo a personas y situaciones desconocidas que los niños con ansiedad social.

Tratamiento

Los tratamientos para el mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social son muy similares. La terapia cognitivo-conductual (TCC) suele ser el enfoque de primera línea. La TCC aborda los pensamientos subyacentes que contribuyen a la ansiedad y la conducta de evitación. 

Las formas específicas de TCC que pueden ser útiles para tratar el mutismo selectivo o la ansiedad social incluyen la terapia de desensibilización y la terapia de exposición . Las personas se exponen gradualmente a lo que temen. Con una exposición prolongada y repetida, finalmente se desensibilizan y su miedo disminuye.

Prevención

Dado que el mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social son causados ​​por múltiples factores, entre ellos la genética y las diferencias cerebrales, no hay forma de eliminar todos los riesgos. Si bien no puede evitar que su hijo sufra ansiedad social, hay cosas que puede hacer para ayudarlo a sobrellevarla y evitar que la ansiedad empeore:

  • Los padres deben evitar tratar de proteger a sus hijos de situaciones sociales que les provoquen ansiedad. En lugar de ello, deben ofrecerles oportunidades para practicar habilidades sociales de forma segura y controlada. 
  • Anime a su hijo a participar en actividades sociales y modele conductas positivas.
  • Dele a su hijo tiempo adicional y práctica para prepararse para situaciones sociales.
  • Enseñe a su hijo técnicas que puedan ayudarlo a controlar su ansiedad, como técnicas de respiración profunda y conexión a tierra.
  • Trabaje para aumentar progresivamente las experiencias sociales de su hijo. Comience lentamente y continúe a medida que se acostumbre gradualmente a las actividades sociales.

Lo más importante es que busques ayuda si crees que tu hijo necesita asistencia adicional. Tratar la ansiedad social de forma temprana puede evitar que los síntomas empeoren, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de mutismo selectivo.

El reconocimiento temprano de la ansiedad social y la inhibición del comportamiento puede ayudar a mejorar los resultados.

Resumen

El mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social son trastornos distintos, pero comparten síntomas similares y pueden estar relacionados. Algunos expertos creen que el mutismo selectivo puede representar una forma más grave del trastorno de ansiedad social.

A pesar de estas conexiones, existen diferencias importantes. El trastorno de ansiedad social tiende a ser menos específico y se presenta en diversas situaciones. El mutismo selectivo se caracteriza por síntomas que a menudo solo aparecen en ciertos entornos, como en la escuela o en presencia de desconocidos. Ambas afecciones pueden generar importantes trastornos en la vida de un niño, pero los tratamientos eficaces pueden ayudarlo a superar los sentimientos de ansiedad.

Una palabra de Verywell

El mutismo selectivo y el trastorno de ansiedad social comparten características comunes y parecen estar relacionados, pero son trastornos distintos. Si su hijo tiene dificultades para relacionarse socialmente y experimenta una ansiedad significativa en situaciones sociales, hable con su médico para que lo evalúe más a fondo. Con diagnóstico y tratamiento, ambos son trastornos muy tratables. Si trabaja con un terapeuta y apoya a su hijo, puede ayudarlo a controlar su ansiedad y desarrollar confianza social.

7 Fuentes
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