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Entre los mensajes de texto, los correos electrónicos, una variedad cada vez mayor de opciones de redes sociales y otras aplicaciones, la mayoría de nosotros tenemos teléfonos inteligentes ahora y estamos más apegados a ellos de lo que tal vez deberíamos. Si bien antes se consideraba de mala educación mirar el teléfono cuando salíamos a cenar o cuando interactuábamos con otras personas en la vida real, mirarlo constantemente se ha vuelto cada vez más común.
Según una encuesta de la Asociación Americana de Psicología (APA), revisar constantemente el teléfono inteligente se ha vinculado con el estrés.
La encuesta anual sobre el estrés en Estados Unidos de la APA se publicó en dos partes en 2017: la primera se centra en cómo afrontar el cambio y la segunda en el estrés de la tecnología y las redes sociales . Hay varios hallazgos que son interesantes y relevantes para la mayoría de nosotros. Está claro que la tecnología y el uso de las redes sociales están afectando nuestros niveles de estrés, felicidad y bienestar. Uno de los hallazgos más destacados es que muchos de nosotros revisamos nuestros teléfonos con demasiada frecuencia, y esto está relacionado con niveles más altos de estrés. Aquí hay más detalles sobre esto y sobre otros aspectos importantes de la encuesta.
Índice
La mayoría de nosotros tenemos teléfonos inteligentes ahora
Según la encuesta, el 74% de los estadounidenses posee un teléfono inteligente conectado a Internet. Además, el 55% posee una tableta y aproximadamente nueve de cada diez tienen un ordenador. Estamos conectados.
El uso de las redes sociales se ha disparado
Mientras que en 2005 solo el 7% de los adultos estadounidenses utilizaba las redes sociales (¿recuerdan MySpace?), en 2015 un 65% de ellos lo hacía. Los adultos jóvenes (de 18 a 29 años) están aún más conectados: en 2015, un 90% lo hacía a través de las redes sociales (en comparación con el 12% en 2005). Las cifras tienden a aumentar a medida que las redes sociales nos conectan cada vez más.
En 2016, el 79 % de los adultos que estaban conectados a Internet lo hacían a través de Facebook, lo que lo convierte en la plataforma de redes sociales más popular entre los adultos en Estados Unidos. El 32 %, 31 % y 29 % de los adultos usaban Instagram, Pinterest y LinkedIn, respectivamente. Twitter es un poco menos popular, pero casi uno de cada cuatro (24 %) lo usa de todos modos. ¡Una vez más, estamos conectados!
La “verificación constante” se está volviendo algo común
Si bien se trata de un fenómeno relativamente nuevo, este aumento en el uso de las redes sociales y de los dispositivos conectados a Internet ha llevado a que muchas personas revisen habitualmente sus teléfonos para ver si tienen mensajes de texto, correos electrónicos o publicaciones en las redes sociales. Lo que alguna vez fue quizás una forma de pasar el tiempo mientras se espera en la fila o una forma de estar al tanto de las emergencias en el trabajo, ahora se ha convertido en un comportamiento habitual que muchos de nosotros realizamos sin pensar.
Según la encuesta, el 43% de los estadounidenses informan que revisan constantemente sus teléfonos.
La asociación con el estrés
Casi uno de cada cinco (18%) afirma que el uso de la tecnología es una fuente muy o algo importante de estrés. También es interesante el hecho de que quienes revisan constantemente sus teléfonos tienen más probabilidades de considerar que la tecnología es algo o significativamente estresante (el 23% frente al 14% de quienes no lo hacen). Hay varias razones para ello:
- Discusiones políticas y culturales: Más de dos quintas partes de quienes revisan el teléfono con frecuencia (42 %) informan que las discusiones políticas y los desacuerdos culturales en las redes sociales les causan estrés, en comparación con el 33 % de quienes no se consideran verificadores constantes. Esto es comprensible, considerando que el conflicto es una experiencia estresante para la mayoría de las personas y participar en un entorno cargado de conflictos con mayor frecuencia puede generar más estrés.
- Efectos sobre la salud: El estrés mal gestionado se ha relacionado con varios resultados negativos para la salud, y encuestas anteriores han descubierto que a muchos estadounidenses les preocupan los efectos del estrés sobre su salud. Esta encuesta no fue diferente: el 42 % está preocupado por los efectos negativos de las redes sociales sobre su salud física y mental (en comparación con el 27 % de los que no las utilizan). Esta es probablemente una preocupación válida, ya que se ha descubierto que la comparación social en las redes sociales está relacionada con una menor felicidad y bienestar, y también con un aumento de los niveles de estrés. Y el estrés no gestionado puede afectar a la salud de múltiples maneras.
- Sentirse desconectado: Irónicamente, quienes más revisan las redes sociales tienden a ser los que se sienten menos conectados. El 44% de los que revisan constantemente las redes sociales afirman sentirse desconectados de su familia y amigos incluso cuando están con ellos (en comparación con solo el 27% de los que no las revisan que se sienten así). Atribuyen esta sensación a la tecnología. Sin embargo, es interesante que, en lugar de desconectarse, el 35% de los que revisan por teléfono afirman que es menos probable que se reúnan con amigos o familiares en persona debido a la disponibilidad de las redes sociales (en comparación, solo el 15% de los que no las revisan afirma lo mismo). La soledad también puede afectar la salud y la felicidad, ya que la soledad tiene sus propios peligros e incluso puede considerarse “contagiosa”. Esta conexión ha creado una verdadera desconexión.
¿Desenchufar o no desenchufar?
La mayoría de nosotros (el 65 %) estamos de acuerdo (“algo” o “totalmente”) en que tomarse un descanso digital o “desconectarse” de vez en cuando es importante para la salud mental. Una vez más, resulta un tanto irónico que solo el 28 % de quienes creen en la importancia de este tipo de reducción de consumo de recursos lo hagan realmente. Las razones que lo explican son algo complicadas.
Además de la mera costumbre, las redes sociales tienen beneficios que son particularmente apreciados por los millennials. Dentro de ese grupo, el 36% dice que las redes sociales los han ayudado a cultivar su identidad de alguna manera, aunque aproximadamente la mitad (48%) también se preocupa por los efectos negativos en su salud física y mental, en comparación con solo el 15% de los “maduros”, el 22% de los baby boomers y el 37% de la generación X.
Actualmente, estamos intentando al menos poner límites a la constante consulta del teléfono. En la encuesta, el 28 % (y el 32 % de los padres) afirman prohibir el uso del teléfono durante la cena, lo que es una buena manera de practicar una alimentación más consciente y conectar con quienes nos rodean. Las personas también afirman que desactivan las notificaciones de las redes sociales (19 %), aunque también hay otras formas de reducirlas.
Cómo dejar de mirar constantemente el teléfono
La gente va por buen camino. Limitar el uso del teléfono durante la cena es una forma sencilla de tomarse un pequeño descanso de las redes sociales y centrarse en las personas con las que se está en la vida real.
Desactivar las notificaciones es una buena idea como forma de evitar recordatorios constantes de que alguien, en algún lugar, ha dicho algo que puede requerir nuestra atención y quitarlo de las personas que están frente a nosotros.
Esta también puede ser una forma de practicar la limitación del uso en otros momentos, a medida que te acostumbras a tener el teléfono apagado o en otra habitación. A continuación, se ofrecen algunas estrategias adicionales que pueden funcionar:
- Desconectarse en determinados momentos del día: si crea períodos en los que no está disponible (como la hora de la cena, después de cierta hora de la noche o incluso cada dos horas), comienza a aprender a limitar su disponibilidad. También enseña a los demás a no esperar que esté disponible constantemente. Este pequeño límite puede facilitar la desconexión en otros momentos y de otras maneras.
- Acostúmbrate a usar el “modo de suspensión”: poner tu teléfono en “modo de suspensión” y revisarlo solo una vez por hora es una buena manera de mantener las notificaciones funcionales pero silenciosas, para que puedas elegir cuándo permitir que interrumpan tu día. Esto te da un mayor control.
- Pídeles a las personas que te llamen cuando estés con otras personas: pide ayuda diciendo que te gustaría revisar menos tu teléfono cuando estés con otras personas. Incluso puedes hacer un pacto con otras personas para que ninguno de ustedes esté usando su teléfono cuando estén juntos, como en los “viejos tiempos” (como en 2005). Esto puede ayudarte a mantenerte conectado con las personas con las que estás y convertirlo en una especie de juego, en lugar de algo que intentas hacer solo.
- Elimina tus aplicaciones: si eliminas las aplicaciones de redes sociales de tu teléfono, te verás obligado a usarlas solo cuando estés frente a tu computadora o tableta. Esto hace que sea más difícil mantener el hábito irreflexivo de revisar tu teléfono, pero no te excluye por completo. La idea es obligarte a pensar más en ellas y hacer que las redes sociales estén menos disponibles, pero no completamente inaccesibles.
- Prueba la meditación: dado que consultar el teléfono puede ser un hábito tan insidioso, es fácil hacerlo sin pensar. Adoptar un nuevo hábito como la meditación puede ayudarte a ser más consciente del momento presente, del aquí y ahora. Eso también puede ayudarte a adoptar la práctica de estar aquí y ahora, en lugar de preguntarte quién más está diciendo algo en línea. Practica estar completamente presente y te resultará más fácil mantener el teléfono en el bolsillo.