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Todos los días hacemos ciertas cosas sin pensar, como cepillarnos los dientes o conducir hasta el trabajo por nuestra ruta habitual. A menudo, esas rutinas cotidianas son cosas que podemos hacer casi automáticamente, con un mínimo esfuerzo cognitivo. La gente suele referirse a esto como estar “desconectado” o en “piloto automático”. Esta capacidad de hacer algo sin pensar realmente es un ejemplo de un fenómeno que los psicólogos llaman automaticidad..
Índice
Definición y ejemplos de automaticidad
Desarrollamos hábitos para afrontar tareas complejas en diferentes áreas de nuestra vida cotidiana. Como resultado, actuamos con el “piloto automático” y hacemos esas cosas sin pensar realmente.
La automaticidad es la capacidad de actuar sin pensar realmente, lo que ocurre cuando una conducta se aprende en exceso. Si practicas una acción una y otra vez, con el tiempo te volverás tan hábil en la tarea que podrás realizarla sin pensar demasiado.
Conducir y caminar son ejemplos de acciones que se vuelven automáticas. Cuando te sientas en tu auto para conducir, no tienes que pensar en cómo encender el motor, cómo mover la palanca de cambios o cómo salir marcha atrás de la entrada de tu casa.
Cuando caminas, no tienes que pensar conscientemente en cada movimiento ni recordarte que debes poner un pie delante del otro. Es un comportamiento tan aprendido y practicado que se convierte en algo natural.
Otros ejemplos de automaticidad en tu vida podrían incluir cosas como las siguientes:
- Escribiendo en tu computadora
- Atrapando una pelota
- Vestirse y seguir la rutina matutina
- Haciendo tareas de jardinería
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Beneficios de la automaticidad
Este modo de pensar en piloto automático puede ser beneficioso. Por ejemplo, libera nuestros recursos de atención para que no nos veamos abrumados ni siquiera por las tareas más sencillas.
Eficiencia
Al adoptar este modo automatizado para las tareas rutinarias, las personas pueden funcionar de manera rápida y eficiente en su vida diaria sin tener que prestar atención a cada pequeño detalle. Imagínese lo laborioso que sería su día si tuviera que recordar y pensar cuidadosamente cómo conducir un automóvil para llegar al trabajo o cómo caminar por el campus para llegar a clase.
Gracias al aprendizaje , la práctica y la repetición, las conductas repetidas pueden volverse automáticas.
Comodidad en diferentes entornos
La automaticidad también permite que las personas se sientan cómodas y familiarizadas con diferentes entornos. A través de nuestras experiencias, aprendemos lo que es común y lo que se espera en una variedad de situaciones similares pero diferentes.
Como señalan Wheatley y Wegner en la Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales y del Comportamiento , “cuando entramos en una tienda de comestibles, sabemos automáticamente cómo se supone que deben ir las cosas. Entramos, tomamos un carrito, elegimos comida de la estantería, hacemos cola para que un cajero nos cobre la comida y podemos irnos a casa”. Es esta familiaridad la que puede sustentar la comodidad y la confianza.
Riesgos de la automaticidad
Si bien la automaticidad tiene sus ventajas, también puede tener sus desventajas: introduce un elemento de peligro y hace que las personas sean propensas a cometer errores.
El pensamiento automático puede ser un riesgo en muchas áreas de nuestra vida, desde cometer errores costosos en el trabajo hasta los peligros más mundanos y cotidianos, como la calle transitada que tenemos que cruzar todas las mañanas para llegar al trabajo.
A medida que la acción se vuelve tan rutinaria y habitual, una persona puede olvidarse de verificar realmente el tráfico antes de salir a la calle, por ejemplo.
Minimizar riesgos
Los investigadores han descubierto algunas tácticas útiles que pueden ayudar a las personas a salir de este modo de piloto automático y sintonizarse con lo que sucede a su alrededor.
Consciencia
La atención plena es una táctica que puede ayudar a combatir la automaticidad. Traer conciencia al momento presente puede ayudarle a interrumpir los comportamientos automáticos que se han desarrollado.
Una forma de mantener el compromiso es introducir novedades y variar las rutinas. Por ejemplo, un estudio de 2021 destacó cómo la rotación de puestos de trabajo entre un grupo de enfermeras estaba relacionada con el compromiso y la satisfacción laboral.
En lugar de que un empleado realice la misma tarea repetitiva todo el día, los empleadores podrían diseñar rutinas organizacionales que varíen las tareas o incluso hagan rotar a los trabajadores entre distintas tareas. En un banco, por ejemplo, un empleado podría pasar periódicamente de atender a los clientes a hacer el balance de las cajas registradoras, ayudar a los nuevos clientes a abrir cuentas o ayudar a las personas con las solicitudes de préstamos.
Cambiar la atención entre tareas rompe la repetición y ayuda a que los trabajadores salgan del modo piloto automático.
Doble verificación con intención
Algunos profesionales, como los trabajadores de la salud y los pilotos de aerolíneas, utilizan un sistema de doble verificación verbal en el que los trabajadores repiten información vital a un testigo. Sin embargo, los investigadores han descubierto que estos procedimientos no siempre son infalibles.
La Administración Federal de Aviación (FAA) utiliza un enfoque diseñado para hacer que este sistema de lista de verificación sea más confiable al involucrar múltiples sentidos en el proceso de la lista de verificación. Los trabajadores leen los elementos de la lista de verificación en voz alta, verifican visualmente cada elemento y luego tocan físicamente cada control o sensor.
El objetivo es que al utilizar múltiples comprobaciones, los pilotos tendrán menos probabilidades de caer en la trampa del pensamiento automático y serán más conscientes de posibles problemas o errores.
Llevar
Puede que no sea fácil superar la automaticidad, pero los investigadores sugieren que ser consciente de ella y tomar medidas conscientes para evitarla cuando presente riesgos podría ser la mejor solución. En lugar de desconectarse durante el trayecto diario al trabajo, por ejemplo, haga un esfuerzo por concentrarse y prestar atención a su trayecto y a lo que sucede en el mundo que lo rodea. Esta práctica de conciencia y atención plena tiene sus propios beneficios para la salud mental y física .