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El deseo de cambiar de personalidad no es algo poco común. Las personas tímidas podrían desear ser más extrovertidas y comunicativas. Las personas de carácter irascible podrían desear poder mantener la calma en situaciones cargadas de emociones.
¿Es posible cambiar la personalidad o nuestros patrones básicos de personalidad se fijan a lo largo de la vida? Si bien los libros y sitios web de autoayuda suelen promocionar planes que se pueden seguir para cambiar los hábitos y las conductas, existe la creencia persistente de que nuestras personalidades subyacentes son inmunes al cambio.
El psicoanalista austríaco Sigmund Freud sugirió que la personalidad se establece en gran medida a la tierna edad de 5 años. Incluso muchos psicólogos modernos sugieren que la personalidad en general es relativamente fija y estable a lo largo de la vida.
Pero ¿qué pasa si quieres cambiar tu personalidad? ¿Puede el enfoque correcto y el trabajo duro llevarnos a un verdadero cambio de personalidad, o estamos estancados en rasgos indeseables que nos impiden alcanzar nuestras metas?
Índice
Factores que moldean la personalidad
Para entender si la personalidad se puede cambiar, primero debemos entender qué la causa exactamente. El viejo debate entre naturaleza y crianza vuelve a entrar en juego. ¿La personalidad está determinada por nuestra genética (naturaleza) o por nuestra educación, experiencias y entorno (crianza)?
En el pasado, los teóricos y filósofos solían adoptar un enfoque de uno contra el otro y abogaban por la importancia de la naturaleza o de la crianza, pero hoy la mayoría de los pensadores estarían de acuerdo en que es una mezcla de las dos fuerzas lo que en última instancia da forma a nuestras personalidades.
No sólo eso, sino que la interacción constante entre la genética y el entorno puede ayudar a moldear la forma en que se expresa la personalidad. Por ejemplo, es posible que tengas una predisposición genética a ser amigable y relajado, pero trabajar en un entorno de mucho estrés puede hacer que seas más irascible y tenso que en otro entorno.
Dweck relata la historia de dos niños gemelos idénticos que fueron separados después del nacimiento y criados por separado. Cuando eran adultos, los dos hombres se casaron con mujeres que tenían los mismos nombres, compartían pasatiempos similares y tenían niveles similares de ciertos rasgos medidos en evaluaciones de personalidad.
Son ejemplos como este los que fundamentan la idea de que nuestra personalidad está en gran medida fuera de nuestro control. En lugar de estar determinada por nuestro entorno y nuestras experiencias particulares, estos estudios con gemelos apuntan al poder de las influencias genéticas.
La genética es ciertamente importante, pero otros estudios también demuestran que nuestra crianza e incluso nuestra cultura interactúan con nuestros patrones genéticos para dar forma a quiénes somos.
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Cualidades “intermedias” de la personalidad
Algunos expertos, incluida la psicóloga Carol Dweck, creen que cambiar los patrones de conducta , los hábitos y las creencias que subyacen a la superficie de los rasgos generales de la personalidad (por ejemplo, la introversión , la amabilidad) es la verdadera clave para el cambio de personalidad.
Los rasgos generales pueden ser estables a lo largo de la vida, pero Dweck cree que son nuestras cualidades “intermedias” que se encuentran bajo la superficie de los rasgos generales las que son más importantes para hacernos quienes somos. Ella cree que son esas cualidades intermedias las que se pueden cambiar.
Las cualidades “intermedias” que potencialmente podemos cambiar, modificando así también nuestra personalidad, incluyen:
- Creencias y sistemas de creencias . Si bien cambiar ciertos aspectos de su personalidad puede resultar un desafío, puede abordar de manera realista el cambio de algunas de las creencias subyacentes que ayudan a moldear y controlar la forma en que se expresa su personalidad.
- Metas y estrategias de afrontamiento . Por ejemplo, si bien es posible que tenga una personalidad más del tipo A , puede aprender nuevas habilidades de afrontamiento y técnicas de manejo del estrés que lo ayuden a convertirse en una persona más relajada.
Creencias y autocreencias
Aunque cambiar creencias no siempre es fácil, es un buen punto de partida. Nuestras creencias dan forma a gran parte de nuestra vida: cómo nos vemos a nosotros mismos y a los demás, cómo nos desenvolvemos en la vida diaria, cómo enfrentamos los desafíos de la vida y cómo forjamos vínculos con otras personas.
Si podemos crear un cambio real en nuestras creencias, es algo que podría tener un efecto rotundo en nuestras conductas y posiblemente en ciertos aspectos de nuestra personalidad.
“Las creencias de las personas incluyen sus representaciones mentales de la naturaleza y el funcionamiento del yo, de sus relaciones y de su mundo. Desde la infancia, los seres humanos desarrollan estas creencias y representaciones, y muchos teóricos de la personalidad destacados de diferentes tendencias reconocen que son una parte fundamental de la personalidad”, explicó Dweck en un artículo de 2008.
Tomemos, por ejemplo, las creencias sobre uno mismo, incluyendo si los atributos y características personales son fijos o maleables. Si usted cree que su inteligencia está en un nivel fijo, entonces no es probable que tome medidas para profundizar su pensamiento. Si, en cambio, considera que esas características son cambiantes, probablemente hará un mayor esfuerzo para desafiarse a sí mismo y ampliar su mente.
Obviamente, las creencias sobre uno mismo juegan un papel crítico en el funcionamiento de las personas, pero los investigadores han descubierto que las personas pueden cambiar sus creencias para adoptar un enfoque más maleable hacia los atributos propios.
En un experimento, los estudiantes tenían una mayor apreciación de lo académico, promedios de calificaciones más altos y un mayor disfrute general de la escuela después de descubrir que el cerebro continúa formando nuevas conexiones en respuesta a nuevos conocimientos.
Las propias investigaciones de Dweck han demostrado que la forma en que se elogia a los niños puede tener un impacto en sus creencias sobre sí mismos. Aquellos a quienes se elogia por su inteligencia tienden a tener creencias fijas sobre sus propios atributos personales. Estos niños ven su inteligencia como un rasgo inmutable: o la tienes o no la tienes.
Por otra parte,
los niños a los que se elogia por sus esfuerzos suelen considerar que su inteligencia es maleable. Estos niños, según ha descubierto Dweck, tienden a perseverar ante las dificultades y están más deseosos de aprender.
Cómo cambiar tu personalidad
En muchos momentos de tu vida, es posible que descubras que hay ciertos aspectos de tu personalidad que desearías poder cambiar. Incluso podrías fijarte metas y trabajar para abordar esos rasgos potencialmente problemáticos. Por ejemplo, es común fijar propósitos de Año Nuevo centrados en cambiar partes de tu personalidad, como volverte más generoso, amable, paciente o extrovertido.
En general, muchos expertos coinciden en que lograr cambios reales y duraderos en rasgos generales puede ser sumamente difícil. Por lo tanto, si no estás satisfecho con ciertos aspectos de tu personalidad, ¿existe realmente algo que puedas hacer para cambiarlos?
Pasar de ser introvertido a ser extrovertido puede ser extremadamente difícil (o incluso imposible), pero hay cosas que los expertos creen que puedes hacer para lograr cambios reales y duraderos en aspectos de tu personalidad. A continuación, te contamos cómo cambiar tu personalidad si quieres ser una mejor persona.
Aprende nuevos hábitos
Los psicólogos han descubierto que las personas que muestran rasgos de personalidad positivos (como la amabilidad y la honestidad) han desarrollado respuestas habituales que han perdurado. Los hábitos se pueden aprender, por lo que cambiar las respuestas habituales con el tiempo es una forma de crear un cambio de personalidad.
Por supuesto, adoptar un nuevo hábito o abandonar uno antiguo nunca es fácil y requiere tiempo y mucho esfuerzo. Con suficiente práctica, estos nuevos patrones de conducta acabarán convirtiéndose en algo natural.
Cuestiona tus creencias personales
Si crees que no puedes cambiar, no cambiarás. Si intentas ser más extrovertido, pero crees que tu introversión es un rasgo fijo, permanente e inmutable, entonces simplemente nunca intentarás ser más sociable. Pero si crees que tus atributos personales son modificables, es más probable que hagas un esfuerzo por ser más sociable.
Concéntrese en sus esfuerzos
Las investigaciones de Dweck han demostrado consistentemente que es esencial elogiar los esfuerzos en lugar de la capacidad. En lugar de pensar “soy tan inteligente” o “tengo tanto talento”, reemplace esas frases con “trabajé muy duro” o “encontré una buena manera de resolver ese problema”.
Al cambiar a una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija, es posible que le resulte más fácil experimentar un cambio y un crecimiento reales.
Actúa como corresponde
El psicólogo positivo Christopher Peterson se dio cuenta muy pronto de que su personalidad introvertida podría tener un impacto negativo en su carrera académica. Para superarlo, decidió empezar a actuar de forma extrovertida en situaciones que lo requerían, como cuando daba una conferencia en una clase llena de estudiantes o daba una presentación en una conferencia.
Con el tiempo, estos comportamientos se convierten en algo natural. Si bien él mismo sugirió que todavía era introvertido, aprendió a ser extrovertido cuando lo necesitaba.
Una palabra de Verywell
El cambio de personalidad puede no ser fácil y cambiar algunos rasgos generales puede que nunca sea del todo posible. Pero los investigadores creen que hay cosas que se pueden hacer para cambiar ciertas partes de la personalidad, los aspectos que existen por debajo del nivel de esos rasgos generales, que pueden dar lugar a cambios reales en la forma de actuar, pensar y funcionar en la vida cotidiana.