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¿Alguna vez has sentido que estás siendo víctima de una forma sutil de prejuicio o estereotipo? ¿Como si alguien hubiera dicho o hecho algo que te hizo sentir mal recibido o juzgado por tu origen étnico, género, orientación sexual u otra característica relacionada con un grupo marginado? Si es así, es posible que hayas sufrido lo que se denomina una microagresión.
Índice
¿Qué son las microagresiones?
Una microagresión es un comportamiento verbal o no verbal sutil, cometido conscientemente o no, que se dirige a un miembro de un grupo marginado y tiene un efecto dañino y despectivo.
Aunque son sutiles y potencialmente menos dañinas que el prejuicio o la intolerancia, las microagresiones también tienen un impacto; de hecho, estar expuesto a microagresiones crónicas durante un período de tiempo puede dañar su salud mental.
Por este motivo, es importante que, como colectivo, no ignoremos su presencia ni pretendamos que algo no nos incomoda. En cambio, como sociedad, debemos reconocerlas y avanzar con una estrategia unificada para reducir su impacto. A continuación, se presentan algunas definiciones de microagresiones, así como ideas sobre cómo reducirlas o minimizar su impacto.
Historia
El término microagresiones fue acuñado por primera vez en la década de 1970 por el psicólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, Chester Pierce, como reacción a la observación de insultos intercambiados entre estudiantes blancos y negros. Más tarde, en 2007, el psicólogo de la Universidad de Columbia, Derald Sue, popularizó y definió aún más el término.
Es importante tener en cuenta que las personas que cometen microagresiones pueden o no hacerlo a propósito. En cambio, estas acciones o comentarios pueden reflejar los prejuicios que tiene un grupo en particular sobre otros grupos de personas.
De esta manera, aunque siguen siendo dañinas, la intención de la microagresión no es dañar: en otras palabras, las personas no necesariamente saben que sus palabras y acciones duelen.
Este hecho es importante cuando consideramos un antídoto contra la epidemia de microagresiones, porque sugiere que si las personas fueran conscientes del impacto de sus palabras y acciones, podrían cambiar lo que hacen y lo que dicen.
Por supuesto, hay algunas personas que son conscientes de lo que están haciendo y quizás lo hacen con la intención de hacer daño.
Tipos de microagresiones
Derald Sue y sus colegas continuaron analizando diferentes subtipos de microagresiones. La lista de estos diferentes tipos aparece a continuación:
Microataques
Las microagresiones son el tipo más evidente de microagresión. La mayoría de las veces se realizan de forma intencionada y la persona que las realiza sabe que son dañinas y despectivas. Un ejemplo sería utilizar un término de jerga para referirse a alguien de una raza en particular, sabiendo que ese término tiene un significado despectivo.
Micro insultos
Los microinsultos son más sutiles que las microagresiones. Suelen ser comentarios con un significado subyacente o un cumplido ambiguo. Por ejemplo, un microinsulto podría consistir en decir que alguien consiguió su trabajo gracias a una acción afirmativa.
Microinvalidaciones
Las microinvalidaciones implican decirle a un grupo marginado que sus experiencias de prejuicio no importan o que están reaccionando exageradamente o siendo demasiado sensibles a las cosas que se están diciendo. En otras palabras, una microinvalidación puede seguir a una microagresión o microinsulto.
Microagresiones ambientales
Las microagresiones ambientales implican que algo en el entorno de una persona envía un mensaje de invalidación de un grupo marginado. Por ejemplo, un niño que mira un programa de televisión y solo ve actores de una raza diferente puede sentirse excluido o no representado debido a la representación que se da en los medios.
Más allá de los diferentes tipos de microagresiones, también podemos considerar los diferentes tipos de grupos que se ven afectados en la sociedad.
Grupos afectados por microagresiones
¿Qué grupos se ven afectados por las microagresiones? Cualquier grupo marginado tiene el potencial de ser objeto de microagresiones. Históricamente, esto ha incluido a las minorías étnicas, las mujeres, las personas con discapacidades y la comunidad LGBTQ , aunque cualquier grupo marginado tiene el potencial de verse afectado, incluidas las personas con enfermedades mentales .
Ejemplos de microagresiones
¿Cuáles son algunos ejemplos de microagresiones? Son situaciones cotidianas que adquieren un tono despectivo debido a las acciones verbales o no verbales de una persona. A continuación, se muestran algunos ejemplos específicos de diferentes tipos de microagresiones que puede haber observado o experimentado en la vida cotidiana:
- Un paciente espera ser atendido por un profesional médico en el hospital. Una mujer entra en la habitación y el paciente asume que es una enfermera en lugar de una doctora.
- Una persona conoce a alguien que pertenece a una minoría visible y le pregunta de dónde es “realmente”.
- Una persona va caminando por la calle y cruza al otro lado de la misma para evitar a alguien (por miedo) debido a su apariencia exterior (es decir, una minoría visible).
- Una situación en la que alguien le dice a una persona LGBTQ que no “parece gay” o alguna otra frase similar.
- Una mujer habla durante una reunión de negocios y luego le dicen que estaba siendo demasiado asertiva.
- A una persona que pertenece a una minoría visible se le dice que se expresa muy bien.
- A una persona que pertenece a una minoría visible (por ejemplo, asiática) se le dice que debe ser buena en matemáticas debido a su origen étnico.
- Los pronombres utilizados en un documento u otra comunicación excluyen a las mujeres u otros grupos de personas (por ejemplo, LGBTQ).
Efectos de las microagresiones
¿Cuáles son los efectos de las microagresiones en las personas que son objeto de ellas? Si bien podría parecer que estos pequeños desaires e insultos no tendrían un gran efecto, de hecho, las investigaciones han demostrado que el efecto acumulativo de las microagresiones a lo largo del tiempo tiene un efecto significativo en la salud mental de las víctimas.
Además, se ha demostrado que existe una correlación entre la cantidad de microagresiones y el nivel de problemas de salud mental o depresión experimentados. Las microagresiones también se han asociado con otros deterioros psicológicos, como la baja autoestima y el trastorno de estrés postraumático.
La forma principal en que las personas afectadas experimentan estrés y repercuten en su salud mental es a través de la frustración y de no saber cómo responder.
¿Qué dices si no estás seguro de que la persona sea consciente del impacto de lo que dijo? ¿Qué pasa si se trata de un familiar o una persona con autoridad? ¿Qué pasa si nadie más habla y parece que los demás menospreciarán tu experiencia o dirán que estás exagerando?
Todos estos problemas agravan las microagresiones y crean una nube de dudas sobre uno mismo que conduce a una menor salud mental. De esta manera, no se trata solo de herir tus sentimientos, sino del estrés crónico que provoca ira y ansiedad y tiene efectos devastadores a largo plazo. Son esas pequeñas indirectas que escuchas una y otra vez las que pueden acabar erosionando tu salud mental.
Cómo afrontar las microagresiones
¿Cómo afrontar una situación en la que eres víctima de microagresiones? Si has sido víctima de un microinsulto, una microagresión o cualquier otro tipo de microagresión, es posible que te sientas confundido sobre cómo responder.
No te preocupes, no estás solo. Sin embargo, es importante que tomes alguna medida para proteger tu salud mental. Como ya se ha señalado, sentirse frustrado e incapaz de reaccionar provocará estrés crónico y debilitará tu salud mental.
También es importante sacar a la luz las microagresiones porque, de lo contrario, los transgresores pueden no saber cómo te hicieron sentir. Si bien puede parecer natural sentirse molesto o enojado, el mejor enfoque sería expresar con calma cómo te hizo sentir la situación , para que la otra persona lo sepa.
Si bien las microagresiones manifiestas pueden ser difíciles de manejar (por ejemplo, la persona intentó intencionalmente hacerte sentir mal), las que no son intencionales pueden ser más fáciles de remediar.
Si alguien no es consciente de cómo sus palabras o su comportamiento le afectan, decírselo con calma es el primer paso para educarlo sobre cómo sus acciones afectan a otras personas. Así es como vemos el cambio gradual en el mundo.
Prevención de microagresiones
¿Cómo podemos prevenir las microagresiones como individuos, como sociedad y como miembros de la comunidad global? Además de decir con calma que las microagresiones te dañan como víctima, también es necesario hablar sobre cómo evitar cometer microagresiones.
La verdad es que la mayoría de nosotros queremos creer que somos buenas personas (y en su mayoría lo somos), y por eso el concepto de que lo que decimos o hacemos es ofensivo o no trata a los demás de manera justa crea una amenaza a nuestro sentido de identidad.
De esta manera, la única manera de detener las microagresiones es que cada uno se enfrente a sus propios sesgos inherentes. Y para ello, tendrá que exponerse a una mayor variedad de situaciones, personas y, tal vez, cosas que le resulten incómodas.
Esto significa estar abierto a entablar amistad con personas de diferentes lugares y con personas que tienen ideas diferentes a las tuyas. No es necesario que cambies tu moral y tus valores, pero debes estar abierto a aprender sobre otras personas como individuos sin percibirlas inmediatamente como parte de un grupo en particular (y tener los prejuicios que eso conlleva).
Además, si alguien te dice que lo que has dicho o hecho le ha hecho daño, es importante escucharlo. Por sobre todas las cosas, piensa antes de hablar y piensa en cómo afectará a quienes te rodean.
Las microagresiones hacen que los demás se sientan desestimados, marginados, insultados o invalidados. Hacen más evidentes las diferencias de poder y privilegios y perpetúan los estereotipos y el racismo. Por eso, evalúa tus propios prejuicios, presta atención a lo que dices y censúrate cuando tus palabras puedan resultar hirientes.
A la hora de decidir si se debe o no abordar las microagresiones de frente, el profesor de psicología Kevin Nadal creó una lista de cinco preguntas a tener en cuenta en su libro “Guía para responder a las microagresiones”.
- Si respondo, ¿podría estar en peligro mi seguridad física?
- Si respondo, ¿la persona se pondrá a la defensiva y esto dará lugar a una discusión?
- Si respondo, ¿cómo afectará esto mi relación con esta persona (por ejemplo, compañero de trabajo, familiar, etc.)?
- Si no respondo ¿me arrepentiré de no haber dicho algo?
- Si no respondo, ¿eso transmite que acepto el comportamiento o la declaración?
Causas subyacentes de las microagresiones
¿Cuáles son las causas subyacentes de las microagresiones? No hay una respuesta sencilla, ya que muchos de los tipos de prejuicios en cuestión son en parte resultado de siglos de racismo sistémico y estereotipos que persisten hasta el día de hoy, incluso cuando hemos avanzado hacia una sociedad más igualitaria. Problemas como los siguientes pueden persistir en nuestra conciencia colectiva:
- Representaciones estereotipadas de minorías en la literatura popular, el cine y la televisión
- Blanquear o encubrir ciertas partes de nuestra historia
- Ser socializado por personas de una generación anterior que pueden tener sus puntos de vista de una época más intolerante.
- La facilidad de convertir a otros en chivos expiatorios en lugar de afrontar nuestros propios problemas
Cómo superar las microagresiones
Algunos argumentan que la solución a este problema no pasa por aumentar la corrección política, sino por atacar la raíz del problema.
Quizás sea mejor, por ejemplo, no controlar el lenguaje de una manera que cree más barreras entre las personas, porque quienes no entienden sus prejuicios inherentes probablemente no cambien sus palabras o comportamientos.
Por esa razón, y para evitar que las personas objeto de microagresiones desarrollen un sentimiento de ser víctimas (y sin poder), una mejor solución podría ser desarrollar estrategias para reducir los prejuicios y los problemas estructurales subyacentes más amplios que conducen a los tipos de sesgos que hacen que las microagresiones sean más comunes.
Es evidente que se trata de una tarea complicada, que se viene desarrollando desde hace décadas y en la que todavía queda mucho trabajo por hacer.
Una palabra de Verywell
Tanto si eres víctima de microagresiones como si has cometido microagresiones contra otras personas, consciente o inconscientemente, tienes un papel que desempeñar en la solución de este problema. Como víctima, es importante que compartas con los demás cómo te hacen sentir las microagresiones, para que puedan comprenderlas mejor y tener más empatía.
Como agresor, es importante considerar profundamente sus prejuicios inherentes, cómo puede cambiarlos y ampliar sus experiencias en el proceso. Solo a través de este esfuerzo conjunto se verá el cambio y se resolverán los efectos negativos a largo plazo de las microagresiones en la salud mental.
¿Continuarás perpetuando estereotipos o ajustarás tus prejuicios para que se ajusten mejor a la realidad? ¿Permitirás que las personas te hagan sentir frustrado o enojado a través de sus palabras y acciones sin tomar ninguna medida tú mismo? Tanto si eres víctima de una agresión como si eres un agresor, hay medidas que se pueden tomar para remediar este problema en la sociedad.
Solo cuando se reconoce el problema, se lo aborda y se toman las medidas necesarias para solucionarlo, veremos un cambio real o un cambio en lo que respecta a las microagresiones. Haga su parte como víctima potencial y como agresor para asegurarse de no contribuir a empeorar su salud mental y la de quienes lo rodean.