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El castigo positivo es un concepto empleado en la teoría del condicionamiento operante de BF Skinner . Pero, ¿cómo funciona exactamente el proceso del castigo positivo? El objetivo de cualquier tipo de castigo es disminuir la conducta que lo acompaña. El castigo positivo implica presentar un resultado o evento desfavorable después de una conducta indeseable.
Cuando el sujeto realiza una acción no deseada, se aplica deliberadamente algún tipo de resultado negativo . Por ejemplo, si estás entrenando a tu perro para que deje de morder tus zapatillas favoritas, puedes regañar al animal cada vez que lo pilles mordiendo tu calzado. Como el perro exhibió una conducta no deseada (morder tus zapatos), aplicaste un resultado aversivo (darle una reprimenda verbal).
El concepto de castigo positivo puede resultar difícil de recordar, sobre todo porque su nombre es contradictorio. ¿Cómo puede ser positivo el castigo? La forma más sencilla de recordar este concepto es tener en cuenta que implica un estímulo aversivo que se añade a la situación. Por este motivo, en ocasiones se hace referencia al castigo positivo como castigo por aplicación.
Índice
Ejemplos
Probablemente podrás notar el castigo positivo en tu vida cotidiana. Por ejemplo:
- Como resultado de conducir por encima del límite de velocidad en una zona escolar, un oficial de policía lo detiene y recibe una multa.
- Como resultado de que tu teléfono celular suena en medio de una clase, tu profesor te regaña por no apagar tu teléfono antes de la clase.
- Como resultado de usar tu gorra de béisbol en clase, tu instructor te reprende por violar el código de vestimenta de tu escuela.
El maestro que te reprende por romper el código de vestimenta, el oficial que te multa por exceso de velocidad y el maestro que te regaña por no apagar el auto son ejemplos de estímulos aversivos que tienen como objetivo disminuir el comportamiento que siguen.
En todos los ejemplos anteriores, otra persona administra deliberadamente un castigo positivo. Sin embargo, el castigo positivo también puede ocurrir como consecuencia natural de una conducta. Como experimentaste un resultado negativo como resultado de tu conducta, es menos probable que vuelvas a realizar esas acciones en el futuro.
Los azotes como castigo positivo
Si bien el castigo positivo puede ser eficaz en algunas situaciones, BF Skinner señaló que su uso debe sopesarse frente a sus posibles efectos negativos. Uno de los ejemplos más conocidos de castigo positivo son los azotes, que se definen como golpear a un niño en las nalgas con la mano abierta. Según una encuesta nacional, el 72 % de los adultos afirmó que “estaba bien pegarle a un niño”.
Algunos investigadores han sugerido que los azotes leves y ocasionales no son perjudiciales, especialmente cuando se utilizan junto con otras formas de disciplina. Sin embargo, en un metaanálisis de 2013 de investigaciones anteriores, la psicóloga Elizabeth Gershoff descubrió que los azotes estaban asociados con malas relaciones entre padres e hijos, así como con aumentos en el comportamiento antisocial, la delincuencia y la agresividad. Estudios más recientes que controlaron una variedad de variables de confusión también encontraron resultados similares.
Resumen
Si bien el castigo positivo tiene sus usos, muchos expertos sugieren que otros métodos de condicionamiento operante suelen ser más eficaces para cambiar conductas a corto y largo plazo. Quizás lo más importante es que muchos de estos otros métodos no tienen las consecuencias potencialmente negativas del castigo positivo.