Cerrar este reproductor de vídeo
Los psicodélicos pertenecen a una clase de drogas conocidas como alucinógenas. Los alucinógenos son drogas capaces de alterar el sentido de la realidad. Pueden distorsionar el sentido del gusto, el olfato, la vista e incluso el tiempo. La era moderna del consumo de psicodélicos se remonta a Albert Hofmann, un científico e investigador que sintetizó por primera vez la dietilamida del ácido lisérgico, más comúnmente conocida como LSD, en 1938. Cinco años después, en 1943, se convirtió en la primera persona en probar el LSD.
Desde este descubrimiento histórico, el uso de LSD y otros psicodélicos ha tenido una larga y complicada historia. Parece haber opiniones polarizadas sobre los beneficios y los inconvenientes de estas drogas. En un extremo del espectro están las personas que piensan que las drogas psicodélicas podrían ser la clave para tratar afecciones como la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) . En el otro extremo del espectro están las personas que piensan que los peligros del uso de psicodélicos superan con creces los beneficios que podrían suponer.
Este artículo analiza la fascinante historia de los psicodélicos desde que Albert Hofmann probó por primera vez el LSD en 1943.
Índice
Antes de Albert Hofmann
Las investigaciones de Albert Hofmann supusieron un gran avance en el uso científico de los psicodélicos con el descubrimiento del LSD . Sin embargo, el uso de psicodélicos por sus supuestos beneficios médicos y espirituales lo precedió durante mucho tiempo. En la antigua cultura azteca, la gente tomaba psicodélicos en forma de hongos psilocibios conocidos como Teonanácatl.
Lo hacían en ceremonias religiosas para alterar sus mentes y comunicarse con sus dioses. En la cultura sudamericana, el uso de psicodélicos se ha fomentado históricamente con la ayuda de un chamán cuyo papel es guiarte a través de la experiencia psicodélica.
Los años 1950 y 1960
La investigación sobre el uso de psicodélicos alcanzó su apogeo en los años 1950 y 1960, justo después del descubrimiento del LSD. Los científicos e investigadores sentían curiosidad por esta droga supuestamente maravillosa. Diez años después de que Albert Hofmann probara el LSD, en 1953, un psiquiatra llamado Humphrey Osmond comenzó a recetar LSD a personas con diagnóstico de alcoholismo (ahora conocido como trastorno por consumo de alcohol o TCA). Fue él quien impulsó el uso de psicodélicos para tratar el TCA entre una generación de psiquiatras hasta bien entrada la década de 1960.
En esa época, los científicos creían que la experiencia de la terapia psicodélica podía catalizar un cambio rápido y profundo en la relación de una persona con sus síntomas, su sistema de valores y su sentido de sí misma. Algunas estimaciones revelan que es posible que se hayan administrado psicodélicos a unas 40.000 personas con diversos trastornos de salud mental entre 1950 y 1965.
A mediados de los años 1960, el LSD se había convertido en una droga recreativa de moda que se consumía de forma ocasional por sus efectos psicoactivos. Temiendo su potencial uso indebido, los gobiernos emitieron prohibiciones y restricciones a fines de la década.
Los años 1970 y 1980
La intervención del gobierno en el campo de los psicodélicos en esta época hizo que la investigación sobre la droga se paralizara casi por completo. Aunque las investigaciones realizadas en los años 50 y 60 revelaron que los efectos adversos graves eran relativamente raros y se observaron algunos resultados positivos, se dictaron prohibiciones y restricciones.
El LSD se había vuelto ampliamente disponible para uso recreativo y la gente temía su potencial abuso. El gobierno también argumentó que era una droga experimental con riesgos desconocidos. En 1970, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley que clasificó al LSD como una droga de la lista uno.
Las drogas de la Lista I son aquellas que tienen el mayor potencial de abuso y que actualmente no tienen un uso médico aceptado; otros ejemplos son la heroína y el éxtasis (MDMA). Cabe destacar que la marihuana todavía se considera una droga de la Lista I a nivel federal, aunque su uso recreativo es legal en muchos estados.
Uso de psicodélicos en la actualidad
La investigación sobre psicodélicos está viviendo un nuevo auge en la actualidad, liderada por científicos e investigadores de Suiza, Alemania y Estados Unidos. Aunque no se ha investigado tanto como durante el auge de los años 1950 y 1960, los investigadores están haciendo grandes avances. La investigación actual ha sido más profunda que la del pasado.
Los ensayos clínicos han evaluado los beneficios de la metilendioximetanfetamina ( MDMA ), un estimulante sintético y psicodélico, en el tratamiento de la depresión y el trastorno de estrés postraumático. También hay investigaciones sobre el uso de psilocibina (hongos) para tratar el trastorno depresivo mayor , las adicciones y los trastornos del estado de ánimo al final de la vida.
Algunos sostienen que las restricciones que siguen vigentes sobre el uso de la droga están obstaculizando la investigación. En cambio, otros dicen que es esencial garantizar la exploración segura de los posibles beneficios de la droga. Los años 50 y 60 todavía pueden considerarse como el apogeo de la investigación psicodélica. Sin embargo, hay un creciente progreso en la investigación sobre estas drogas. En marzo de 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el uso de ketamina , un agente anestésico con algunas propiedades psicodélicas, para tratar la depresión.
Además, en 2022 se completó un ensayo clínico de fase 3 sobre el uso de MDMA para tratar los síntomas graves del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se cree que estos ensayos de fase 3 están a un paso de la aprobación para su uso con receta.
Resumen
Aún queda mucho por saber sobre cómo funcionan los psicodélicos , así como sobre sus posibles beneficios y riesgos. Tomar estos agentes sin supervisión puede provocar efectos secundarios graves y, a veces, fatales. A medida que avanza la investigación sobre estas drogas, los científicos creen que los psicodélicos pueden convertirse en un pilar médico para tratar varias afecciones médicas.