La Dra. Mariel Buqué nos enseña a sanar el trauma generacional

Dra. Mariel Buqué

Fotografía de Moe Alyasini


Nuestro linaje contiene la sabiduría de las generaciones que nos precedieron. Tus lágrimas pueden ser las que derramó tu tatarabuela al escapar de la esclavitud. Tus preocupaciones pueden reflejar las de tus abuelos, que experimentaron un arduo viaje a los Estados Unidos. Tus reacciones pueden estar influenciadas por los recursos emocionales limitados que tenían tus padres. Nuestro cuerpo recuerda las historias que nos traen hasta este mismo día.

Este conocimiento es lo que sustenta las contribuciones de la Dra. Mariel Buqué al campo de la salud mental. La Dra. Buqué es psicóloga formada en la Universidad de Columbia, experta en trauma intergeneracional y autora del próximo libro ” Break the Cycle “, una guía para sanar el trauma intergeneracional que fusiona la psicología moderna con prácticas curativas antiguas e indígenas. Ella está cambiando la forma en que vemos la salud mental, alejando el foco del individuo y moviéndolo hacia la salud mental de las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto. 

Creando cambios fuera de lo convencional

El uso ecléctico que hace el Dr. Buqué de varias modalidades, como la meditación con baño de sonido y el trabajo de respiración , no solo es innovador, sino que es un homenaje a aquellos de nosotros que venimos de culturas con modalidades de curación que a menudo se pasan por alto en el mundo occidental.

Durante sus estudios, le ofrecieron una beca clínica en el marco de la atención integral de la salud mental, lo que ahora se conoce comúnmente como psicología holística. Además de las diversas clases que tomó durante sus estudios, también recibió orientación de supervisores que le enseñaron enfoques eclécticos, como la meditación en sesión con los clientes. “Hace bastante tiempo que sé que mi enfoque puede ser un poco poco convencional. Puede tocar capas y dimensiones que muchos de nosotros no hemos estado listos para tocar”, admite. Sin embargo, tiene sentido que, al curar un trauma que comenzó hace generaciones, recurra a prácticas antiguas. 

Sé desde hace tiempo que mi enfoque puede ser un poco poco convencional y que puede llegar a niveles y dimensiones que muchos de nosotros no estábamos preparados para abordar.

La transmisión intergeneracional del trauma es un testimonio de la creciente evidencia de que el trauma parental puede afectar a sus hijos , incluso si el trauma ocurrió antes de que fueran concebidos. Esto puede ser pertinente para quienes sienten que han heredado formas de afrontar y responder a los factores estresantes que reflejan las de sus cuidadores, a pesar de sus mejores intentos por hacer lo contrario.

Un estudio de 2022 publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health concluyó que las experiencias adversas de los padres en la infancia eran predictivas de resultados negativos para la salud familiar. Esto demuestra que lo que no curamos persiste, lo que subraya la importancia del trabajo del Dr. Buqué.

Honrando la sabiduría del cuerpo

La Dra. Buqué aborda la curación con énfasis en lo somático . Esto significa que incorpora el cuerpo a la curación, reconociendo las limitaciones de simplemente hablar sobre el trauma y abordando el hecho de que nuestro cuerpo puede internalizar el trauma. Sin embargo, esto puede resultar abrumador para quienes son nuevos en su camino de curación.

Teniendo esto en mente, le preguntamos a la Dra. Buqué qué podría sugerir a quienes recién están comenzando a reconocer cómo los eventos en su vida y su linaje pueden estar impactándolos y ella sostuvo que la somática es el lugar para comenzar. “Mi mayor consejo para ellos sería que se concentren en su cuerpo”, comparte. Continuó explicando que es natural que muchos quieran ir directamente a lo que les duele. Sin embargo, este enfoque no respeta que un gran aspecto del dolor emocional se encuentra en el cuerpo. “Tenemos que calmar nuestro cuerpo y calmar nuestro sistema nervioso lo suficiente para que pueda tolerar el viaje de curación de una manera más profunda”, continúa. 

No es raro sentirse desconectado de su cuerpo, especialmente si ha estado expuesto a eventos traumáticos. Hay tres prácticas que la Dra. Buqué recomienda como puntos de partida para conectarse con el cuerpo: respiración profunda , balanceo y tarareo. Ella explicó que el poder de estos tres ejercicios simples es que impactan el sistema nervioso de inmediato, proporcionando un efecto calmante instantáneo. Además, ayudan a sanar el sistema nervioso a largo plazo. “Siempre digo balanceo, tarareo o respiración y ya tienes tres prácticas en tu bolsillo trasero que puedes practicar en cualquier lugar”, comparte.

Cúrate a ti mismo, sana tu linaje

Al considerar cómo nuestras propias exploraciones internas pueden afectar a quienes nos rodean, es importante tener en cuenta que no podemos curar a otras personas. Ellas también deben participar en su propio trabajo. Sin embargo, curarnos a nosotros mismos puede contribuir a inspirar a otros a hacer el trabajo. La Dra. Buqué explica que, si bien una conversación o práctica no erradicará generaciones de dolor, puede redirigir el linaje de una persona al romper el ciclo de disfunción y trauma. “Cuando regresamos a nuestros hogares familiares o a nuestras comunidades con una mente, un cuerpo y un espíritu más curados, las personas que nos rodean tienen que cambiar”, explica.

Cuando nos hemos curado, tenemos límites, perspectivas y formas de comunicarnos diferentes . Esto sienta un precedente para que quienes nos rodean se adapten a nuestros nuevos límites y formas de ser, lo que puede interrumpir el ciclo de disfunción familiar. “El trabajo es complejo, tiene múltiples capas, matices, es holístico y necesita tiempo. Y, al menos, el trabajo puede comenzar contigo”, continúa. 

La generación del cómo

Si abres Instagram o navegas por TikTok durante un tiempo suficiente, es probable que te encuentres con relatos honestos de problemas de salud mental y consejos prácticos sobre cómo mejorar. Es obvio que el panorama de nuestra cultura ha cambiado significativamente y que la salud mental ha perdido su carácter tabú. Le pregunté a la Dra. Buqué cómo ve el estado de la salud mental en la actualidad y compartió una poderosa observación.

Señaló que hace cinco a diez años, nuestra cultura colectiva se encontraba en lo que ella llama la etapa del “qué”. Era una época en la que la gente expresaba una curiosidad genuina sobre diversas afecciones de salud mental y muchos aprendían sobre la ansiedad y la depresión por primera vez.

Ahora, ella ve que estamos en la etapa del “cómo”, y aquellos que se preguntaban qué era la ansiedad ahora están pasando a tener curiosidad sobre cómo curarla . Esta era actual de concienciación sobre la salud mental está muy orientada a la acción. Sin embargo, no podemos olvidar el contexto de nuestro clima y las realidades de la salud mental ahora que nos estamos recuperando de una pandemia. “Es aún más pertinente y necesario que tengamos estas herramientas y consejos en esta etapa del ‘cómo’ en la que nos encontramos”, afirmó la Dra. Buqué.

Visiones de un futuro bien logrado

En este punto, debería quedar muy claro que la Dra. Buqué ha adoptado una perspectiva visionaria sobre el estado actual de la salud mental. Con curiosidad por saber cómo ve que se curarán las generaciones futuras, le preguntamos qué espera para el futuro. “Mi esperanza es que algún día podamos ver la salud mental como parte de nuestra salud global… para que no la tratemos por separado en los centros de tratamiento y los consultorios médicos”, compartió.

Desde su mente orientada holísticamente, ve una oportunidad de desmantelar la estructura actual de la salud mental para crear un sistema que tenga en cuenta la conexión entre la mente, el cuerpo y el espíritu , atendiendo a aquellos que necesitan curación. 

Mi esperanza es que algún día podamos ver la salud mental como parte de nuestra salud global… para que no la tratemos por separado en centros de tratamiento y consultorios médicos.

Cambiar de sistema puede resultar abrumador. Algunas personas están tomando conciencia de lo que significa para ellas cambiar sus propias perspectivas y redefinir lo que quieren que experimenten sus futuras generaciones por primera vez, y la idea de cambiar nuestra cultura juntos puede resultar demasiado. Sin embargo, escuché al Dr. Buqué utilizar el término “nosotros” con bastante frecuencia durante el tiempo que pasamos juntos. Esta noción de un “nosotros” colectivo nos invita a reconsiderar radicalmente las posibilidades que nos esperan cuando todos comencemos a hacer nuestra parte.

Nuestra parte se reduce a empezar a abordar nuestras heridas, recordando que cuando lo hacemos, respondemos a nuestro mundo de manera diferente y, a su vez, el mundo nos responde de manera diferente. “Si pudiera tener un sueño… sería que lográramos una sanación profunda en esta generación y luego, como generación, pudiéramos ver el impacto en la próxima generación”, reflexionó Buqué.

2 Fuentes
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  1. Yehuda R, Lehrner A. Transmisión intergeneracional de los efectos del trauma: posible papel de los mecanismos epigenéticos . World Psychiatry . 2018;17(3):243-257. doi:10.1002/wps.20568

  2. Reese EM, Barlow MJ, Dillon M, Villalon S, Barnes MD, Crandall A. Transmisión intergeneracional del trauma: los efectos mediadores de la salud familiar . Int J Environ Res Public Health . 2022;19(10):5944. doi:10.3390/ijerph19105944

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