¿Qué es el sesgo de negatividad?

¿Qué es el sesgo de negatividad?

Muy bien / Brianna Gilmartin  


El sesgo de negatividad es nuestra tendencia no solo a registrar los estímulos negativos con mayor facilidad, sino también a fijarnos en esos acontecimientos. Este sesgo, también conocido como asimetría positiva-negativa, implica que sentimos el dolor de una reprimenda con más fuerza que la alegría de un elogio.

Este fenómeno psicológico explica por qué las malas primeras impresiones pueden ser tan difíciles de superar y por qué los traumas pasados ​​pueden tener efectos tan duraderos. En casi cualquier interacción, es más probable que notemos cosas negativas y luego las recordemos con más claridad.

Como humanos, tendemos a:

  • Recuerde las experiencias traumáticas mejor que las positivas.
  • Recuerda mejor los insultos que los elogios.
  • Reaccionar más fuertemente a los estímulos negativos.
  • Piensa en cosas negativas con más frecuencia que en cosas positivas.
  • Responder con más fuerza a los acontecimientos negativos que a los igualmente positivos.

Por ejemplo, puede que estés teniendo un gran día en el trabajo cuando un compañero de trabajo hace un comentario casual que te resulta irritante. Luego te encuentras dándole vueltas a sus palabras durante el resto de la jornada laboral.

Cuando llegas a casa del trabajo y alguien te pregunta cómo estuvo tu día, respondes que fue terrible, aunque en general fue bastante bueno a pesar de ese incidente negativo.

Este sesgo hacia lo negativo te lleva a prestar mucha más atención a las cosas malas que suceden, haciéndolas parecer mucho más importantes de lo que realmente son.

Lo que dice la investigación

Las investigaciones han demostrado que en una amplia gama de eventos psicológicos, las personas tienden a centrarse más en lo negativo mientras intentan darle sentido al mundo.

Tenemos tendencia a…

  • Preste más atención a los acontecimientos negativos que a los positivos.
  • Aprenda más de los resultados y experiencias negativos.
  • Tome decisiones basadas en información negativa más que en datos positivos. 

Son las “cosas malas” las que captan nuestra atención, se quedan en nuestros recuerdos y, en muchos casos, influyen en las decisiones que tomamos.

Motivación

Las investigaciones psicológicas sugieren que el sesgo negativo influye en la motivación para completar una tarea. Las personas tienen menos motivación cuando un incentivo se presenta como un medio para obtener algo que cuando el mismo incentivo las ayudará a evitar la pérdida de algo. 

Esto puede influir en tu motivación para perseguir un objetivo. En lugar de centrarte en lo que ganarás si sigues trabajando para conseguirlo, es más probable que te centres en lo que podrías tener que dejar de lado para alcanzarlo. 

Malas noticias

Además, los estudios han demostrado que las noticias negativas tienen más probabilidades de ser percibidas como verdaderas. Dado que la información negativa atrae más atención, también puede ser vista como algo con mayor validez. Esta podría ser la razón por la que las malas noticias parecen atraer más atención.

Política

Las diferencias en el sesgo de negatividad también se han vinculado con la ideología política. Algunas investigaciones sugieren que los conservadores pueden tener respuestas psicológicas más fuertes a la información negativa que los liberales. Algunas pruebas, por ejemplo, han demostrado que las personas que se consideran políticamente conservadoras tienen más probabilidades de calificar los estímulos ambiguos como amenazantes. 

Estas diferencias en el sesgo de negatividad podrían explicar por qué algunas personas son más propensas a valorar cosas como la tradición y la seguridad, mientras que otras son más abiertas a aceptar la ambigüedad y el cambio.

Ejemplos de sesgo negativo

El sesgo negativo puede tener diversos efectos en el mundo real sobre cómo piensan y actúan las personas. ¿Alguna de estas situaciones y eventos te resulta familiar?

  • Recibió una evaluación de desempeño en el trabajo que fue bastante positiva en términos generales y destacó su excelente desempeño y logros. Algunos comentarios constructivos señalaron áreas en las que podría mejorar y se concentra en esos comentarios. En lugar de sentirse bien por los aspectos positivos de su evaluación, se siente molesto y enojado por los pocos comentarios críticos.
  • Tuviste una discusión con tu pareja y después te das cuenta de que te centras en todos los defectos de tu pareja. En lugar de reconocer sus puntos buenos, reflexionas sobre todas sus imperfecciones. Incluso los defectos más triviales se amplifican, mientras que las características positivas se pasan por alto. 
  • Hace años te humillaste delante de tus amigos y aún recuerdas vívidamente el hecho. Te sientes avergonzado por ello, aunque tus amigos probablemente lo hayan olvidado por completo.

De dónde proviene el sesgo negativo

Nuestra tendencia a prestar más atención a las cosas malas y pasar por alto las buenas es probablemente resultado de la evolución. En épocas anteriores de la historia de la humanidad, prestar atención a las amenazas malas, peligrosas y negativas del mundo era literalmente una cuestión de vida o muerte. Aquellos que estaban más en sintonía con el peligro y prestaban más atención a las cosas malas que los rodeaban tenían más probabilidades de sobrevivir.

Esto significaba que también tenían más probabilidades de transmitir los genes que los hacían más atentos al peligro. 

La perspectiva evolutiva sugiere que esta tendencia a centrarse en lo negativo más que en lo positivo es simplemente una forma en que el cerebro intenta mantenernos a salvo.

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Desarrollo

Las investigaciones indican que este sesgo de negatividad comienza a surgir en la infancia. Los bebés muy pequeños tienden a prestar más atención a las expresiones faciales y al tono de voz positivos, pero esto comienza a cambiar cuando se acercan al año de edad. 

Los estudios cerebrales indican que, en esta época, los bebés comienzan a experimentar respuestas cerebrales más intensas a los estímulos negativos. Esto sugiere que el sesgo negativo del cerebro surge durante la segunda mitad del primer año de vida del niño. Hay algunas pruebas de que el sesgo puede comenzar incluso antes en el desarrollo.

Un estudio descubrió que los bebés de tan solo tres meses muestran signos de sesgo de negatividad al realizar evaluaciones sociales de los demás. 

La respuesta del cerebro

La evidencia neurocientífica ha demostrado que existe un mayor procesamiento neuronal en el cerebro en respuesta a estímulos negativos. Los estudios que implican la medición de potenciales cerebrales relacionados con eventos (PRE), que muestran la respuesta del cerebro a estímulos sensoriales, cognitivos o motores específicos, han demostrado que los estímulos negativos provocan una respuesta cerebral mayor que los positivos.

En estudios realizados por el psicólogo John Cacioppo, se mostraron imágenes positivas, negativas o neutras a los participantes. Luego, los investigadores observaron la actividad eléctrica en el cerebro. Las imágenes negativas produjeron una respuesta mucho más fuerte en la corteza cerebral que las imágenes positivas o neutras.

Debido a que la información negativa provoca un aumento de la actividad en un área crítica de procesamiento de información del cerebro, nuestras conductas y actitudes tienden a ser moldeadas más poderosamente por las malas noticias, experiencias e información.

Efectos

Si bien es posible que ya no necesitemos estar en constante alerta como lo necesitaban nuestros antepasados ​​para sobrevivir, el sesgo de negatividad aún tiene un papel protagónico en el funcionamiento de nuestro cerebro. Las investigaciones han demostrado que el sesgo negativo puede tener una amplia variedad de efectos en cómo las personas piensan, responden y sienten.

Algunas de las áreas cotidianas en las que puedes sentir los resultados de este sesgo incluyen tus relaciones, la toma de decisiones y la forma en que percibes a las personas.

Relaciones

El sesgo de negatividad puede tener un profundo efecto en tus relaciones. El sesgo puede llevar a las personas a esperar lo peor de los demás, en particular en relaciones cercanas en las que las personas se conocen desde hace mucho tiempo.

Por ejemplo, es posible que anticipe de forma negativa cómo reaccionará su pareja ante algo y entre en la interacción con sus defensas ya en alerta máxima. Los resultados suelen ser discusiones y resentimiento.

En lo que respecta a las relaciones, es importante recordar que los comentarios negativos suelen tener mucho más peso que los positivos. También es importante ser consciente de nuestra propia tendencia a fijarnos en lo negativo. Si comprendemos esta tendencia humana natural, podremos centrarnos en encontrar formas de darles un respiro a los demás y dejar de esperar lo peor.

Toma de decisiones

El sesgo negativo puede influir en el proceso de toma de decisiones . En su famoso trabajo, los investigadores ganadores del Premio Nobel Kahneman y Tversky descubrieron que, al tomar decisiones, las personas otorgan sistemáticamente mayor importancia a los aspectos negativos de un acontecimiento que a los positivos. 

Esta tendencia a enfatizar demasiado lo negativo puede tener un impacto en las decisiones que toman las personas y los riesgos que están dispuestas a correr.

Cuando imaginamos situaciones en las que se gana una determinada cantidad de dinero o se pierde esa misma cantidad, el riesgo de pérdida tiende a cobrar mayor importancia en la mente de las personas. A menudo, las personas temen más las consecuencias del resultado negativo que el deseo de obtener posibles ganancias positivas, incluso cuando las dos posibilidades son equivalentes.

Las personas tienen una reacción negativa más fuerte al perder $20 que los sentimientos positivos que tienen al ganar $20. 

Percepción de la gente

Al formarse una impresión de los demás, las personas también tienden a centrarse más en la información negativa. Por ejemplo, los estudios han demostrado que, cuando se dan adjetivos tanto “buenos” como “malos” para describir el carácter de otra persona, los participantes dan mayor importancia a los adjetivos negativos al formarse una primera impresión. 

Cómo superar los prejuicios negativos

El sesgo de negatividad puede afectar tu salud mental y provocar que:

  • Detente en pensamientos oscuros.
  • Daña tus relaciones con tus seres queridos.
  • Hacer que sea difícil mantener una perspectiva optimista sobre la vida.

Afortunadamente, hay medidas que puedes tomar para cambiar tu forma de pensar y combatir la tendencia a pensar negativamente, entre ellas:

Detener el diálogo interno negativo

Comience a prestar atención al tipo de pensamientos que pasan por su mente. Después de que ocurre un evento, es posible que se encuentre pensando cosas como “No debería haber hecho eso”. Este diálogo interno negativo determina cómo piensa sobre usted mismo y sobre los demás. 

Una mejor táctica es detener esos pensamientos en cuanto surjan. En lugar de obsesionarte con errores pasados ​​que no se pueden cambiar, piensa en lo que has aprendido y cómo puedes aplicarlo en el futuro.

Replantear la situación

La forma en que te hablas a ti mismo sobre los acontecimientos, las experiencias y las personas desempeña un papel importante en la forma en que interpretas los acontecimientos. Cuando te das cuenta de que interpretas algo de forma negativa o te centras únicamente en el aspecto negativo de la situación, busca formas de replantear los acontecimientos desde una perspectiva más positiva.

Esto no significa ignorar los peligros potenciales ni usar gafas color de rosa; significa simplemente reenfocar para darle un peso justo e igual a los buenos eventos.

Establecer nuevos patrones

Cuando te des cuenta de que estás dándole vueltas a las cosas, busca una actividad que te anime a salir de esa mentalidad negativa. Por ejemplo, si te das cuenta de que estás repasando mentalmente algún acontecimiento o resultado desagradable, intenta conscientemente redirigir tu atención a otra parte y participa en una actividad que te brinde alegría.

Algunas ideas más para despejar tu mente de pensamientos negativos:

Saborea los momentos positivos

Como las experiencias positivas tardan más en recordarse, es importante prestar más atención a las cosas buenas que suceden. Mientras que las cosas negativas pueden transferirse y almacenarse rápidamente en la memoria a largo plazo ,  es necesario hacer un mayor esfuerzo para obtener el mismo efecto de los momentos felices.

Así que cuando algo grandioso sucede, tómate un momento para concentrarte en ello. Repite el momento varias veces en tu memoria y concéntrate en los sentimientos maravillosos que evoca el recuerdo.

Una palabra de Verywell

El sesgo de negatividad puede tener un impacto poderoso en tu comportamiento, pero ser consciente de él significa que puedes tomar medidas para adoptar una perspectiva más positiva de la vida. Adoptar un enfoque más consciente que implique ser consciente de tu propia tendencia hacia la negatividad y elevar conscientemente los pensamientos más felices al primer plano de tu conciencia es una de las mejores formas de combatir el sesgo negativo. 

Pensar en lo negativo puede tener consecuencias graves, por lo que tomar medidas para combatir este sesgo puede contribuir a mejorar tu bienestar mental.

10 fuentes
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