Cerrar este reproductor de vídeo
Se podría decir que ahora tenemos más cosas en las que pensar que nunca. El cambio climático , los exorbitantes costes de la vivienda, el riesgo constante de COVID-19, la corrupción política, la amenaza de guerra… Son pocas las personas a las que no les resulta un poco estresante al menos una de estas cosas. Y aunque las redes sociales nos ayudan a mantenernos informados, tener las últimas noticias al alcance de la mano, las 24 horas del día, no siempre nos brinda consuelo ni tranquilidad.
Para empeorar las cosas, un nuevo estudio, publicado en Current Biology , ha descubierto que pensar en todo lo anterior (y más) puede cansarnos aún más, acelerando el camino hacia el agotamiento mental total.
“Nadie sabe qué es la fatiga mental , cómo se genera y por qué la sentimos”, afirma el primer autor del estudio, Antonius Wiehler, del Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière de París (Francia). “Sigue siendo un misterio a pesar de más de un siglo de investigación científica”.
Si bien las máquinas pueden realizar tareas cognitivas de forma continua sin fatigarse , el cerebro es diferente y Wiehler y sus colegas querían entender el cómo y el por qué. “La fatiga mental tiene consecuencias importantes: para las decisiones económicas, para la gestión en el trabajo, para la educación en la escuela, para la cura clínica, etc.”, añade.
Índice
Una mirada más de cerca al estudio
Cuando el trabajo cognitivo intenso se prolonga durante varias horas, algunos subproductos potencialmente tóxicos de la actividad neuronal se acumulan en la parte del cerebro conocida como corteza prefrontal.
“Esto altera el control de la persona sobre las decisiones, que se desplazan hacia acciones de bajo coste (sin esfuerzo, sin espera), y aparece la fatiga cognitiva”, explica Wiehler, que añade que se trata de agotamiento mental y no solo de somnolencia.
Wiehler y su equipo emplearon una nueva técnica para medir la difusión de sustancias cerebrales mediante espectroscopia de resonancia magnética. “En nuestro caso resultó especialmente útil demostrar que el glutamato se acumula en las sinapsis (fuera de las neuronas), donde la difusión es más rápida que en los compartimentos celulares (dentro de las neuronas)”, afirma.
Los investigadores esperan que el estudio ayude a la gente a entender un poco mejor la fatiga mental. “Las teorías influyentes sugieren que la fatiga es una especie de ilusión que crea el cerebro para hacernos dejar lo que estamos haciendo y dedicarnos a una actividad más gratificante”, afirma Wiehler. “Pero nuestros hallazgos muestran que el trabajo cognitivo produce una verdadera alteración funcional (es decir, la acumulación de sustancias nocivas), por lo que la fatiga sería, en efecto, una señal que nos hace dejar de trabajar, pero con un propósito diferente: preservar la integridad del funcionamiento cerebral”.
¿Qué es el agotamiento mental?
Es útil comprender las razones biológicas por las que pensar intensamente nos cansa, pero también es crucial comprender las múltiples formas que puede adoptar el agotamiento mental.
“Cuando las personas sufren estrés durante un tiempo prolongado, pueden acabar sintiéndose abrumadas y emocionalmente agotadas, lo que puede acabar provocando un colapso mental o físico. Esto suele denominarse agotamiento”, afirma el Dr. Zishan Khan, psiquiatra de niños, adolescentes y adultos de Mindpath Health.
Dr. Zishan Khan
Un sueño adecuado ayudará en gran medida a aliviar la fatiga mental, recargará el cuerpo y evitará que se produzca un agotamiento o un colapso total.
El síndrome de burnout puede tener muchos signos y síntomas, y a veces se confunde con sentimientos habituales de estrés , pero la diferencia está en el alcance y la gravedad de lo que se experimenta, explica el Dr. Khan.
“Las personas que sufren agotamiento suelen sentirse impotentes a la hora de afrontar emocionalmente los problemas de su vida”, afirma. “Se cansan demasiado y se sienten sin energía”.
Algunas personas incluso presentan molestias físicas, como dolor musculoesquelético, malestar abdominal o problemas intestinales. Otros síntomas incluyen aislamiento, pensamientos negativos e irritabilidad en presencia de otras personas, a menudo combinados con frustración extrema y mal genio.
“Muchas personas muestran poco o ningún entusiasmo en cualquier aspecto de su vida diaria y a menudo se quejan de sentirse entumecidas”, afirma el Dr. Khan. “El agotamiento también puede dificultar la concentración, la realización de tareas sencillas y la capacidad de gestionar las responsabilidades cotidianas. Si no se controla, el agotamiento puede derivar en depresión”.
Cómo evitar (o reducir) el agotamiento mental
La fatiga mental puede acumularse con el tiempo y la tensión prolongada y abrumadora no es saludable para nadie. “El estrés puede ser peligroso y tener consecuencias muy graves si no se gestiona adecuadamente”, advierte el Dr. Khan.
¿Su mejor consejo? Asegúrate de dormir lo suficiente. ” Dormir bien ayudará en gran medida a aliviar la fatiga mental, ayudará a recargar el cuerpo y evitará que la enfermedad se convierta en agotamiento o en un colapso total”.
También es fundamental tomar descansos frecuentes durante el día, especialmente cuando se realizan actividades estresantes. Puede resultar útil reservar tiempo para practicar yoga, meditar o participar en alguna actividad que le resulte relajante. Y, por supuesto, una dieta saludable y el ejercicio no solo son buenos para el cuerpo, sino que también pueden hacer maravillas a la hora de aliviar la fatiga mental.
“Además, puede ser beneficioso identificar cuál es la fuente particular de estrés para poder tomar las medidas adecuadas para reducir la presión”, añade el Dr. Khan. Por ejemplo, si su trabajo le provoca fatiga mental, tomarse un tiempo libre remunerado para irse de vacaciones o simplemente descansar y relajarse en casa puede reducir en gran medida la probabilidad de sufrir agotamiento.
Por último, el Dr. Khan recomienda buscar ayuda de un amigo, un ser querido o un profesional si cree que puede estar experimentando síntomas más graves de depresión y ansiedad, como evitar actividades sociales, desesperación y culpa, sentimientos de desesperanza, miedos irracionales o pensamientos de suicidio.