7 pasos para hacer un plan de vida

Hombre mirando la ciudad

Tim Robberts/Imágenes Getty


¿Alguna vez has deseado que la vida viniera con un manual de instrucciones? Tal vez hayas querido reducir el estrés de tu vida , hacer más ejercicio o cambiar tu dieta. O tal vez quieras cambiar de carrera o iniciar (o terminar) una relación. 

Ahora, piensa por qué no has hecho esos cambios todavía. Cambiar tu vida suele ser más fácil de soñar que de hacer. Pero cuando se te ocurre un plan que puedes seguir, el proceso puede ser más sencillo y menos estresante. Tener un plan también aumenta las probabilidades de que los cambios de vida que quieres hacer se mantengan. 

¿Tienes una meta (o dos o tres) en mente? Puede que no nos den una guía definitiva para la vida, pero podemos hacer planes de vida personalizados según nuestras necesidades y objetivos. Sigue leyendo para aprender a  planificar tu vida en siete pasos.

Paso 1: Observa lo que no funciona

Cuando te estás preparando para hacer un plan de vida, primero tienes que decidir qué quieres, y eso incluye lo que quieres cambiar . Puede resultar complicado y abrumador incluso saber por dónde empezar. Por eso, te resultará útil “evaluar” cómo es tu vida en este momento y ser honesto sobre lo que no te está funcionando.

Tu familia, tus amigos, tu trabajo, tu bienestar, tus finanzas, tu entorno doméstico y muchas otras áreas de tu vida pueden ser fuentes de alegría y estrés. Tómate el tiempo que necesites para pensar en cada aspecto de tu vida y sé honesto sobre cómo te afectan (positiva y negativamente).

Ser sincero contigo mismo acerca de lo que te estresa no es un fracaso: es el primer y más importante paso para realizar cambios en tu vida.

Llevar un diario puede ayudarte a explorar las diferentes partes de tu vida e identificar las fuentes de estrés. Puedes hacer una lista, una narración, un mapa mental o usar otro formato de texto o visual para tener una mejor idea de cómo van las cosas y destacar las áreas en las que quieres trabajar.

Paso 2: Enumere sus valores

Piensa en cuáles son tus valores. ¿Cómo te están ayudando y beneficiando actualmente esas áreas de tu vida? Cuando estés haciendo un plan de vida, trabaja en torno a tus valores, las cosas que son importantes para ti y que quieres mantener en tu vida. 

¿Valoras a tu familia, pero pasas muy poco tiempo con ella porque trabajas horas extra en un trabajo que ni siquiera te gusta? ¿Valoras la actividad física, pero te encuentras viendo la televisión al final del día porque estás exhausto y solo quieres una distracción?

Es posible que estés incluyendo en tu vida actividades que no valoras sin siquiera darte cuenta. 

Para asegurarte de que estás dedicando tu tiempo a lo que realmente te importa, piensa en lo que más valoras en la vida. Presta atención a cómo expresas tus valores a través de tus comportamientos. Eso significa observar las cosas que haces en un día y preguntarte si realmente valoras esas actividades o no. 

Paso 3: Mirar hacia el futuro

No te limites a pensar en el futuro, piensa a largo plazo. Piensa en dónde quieres estar en el futuro y qué objetivos puedes fijar ahora que te ayuden a lograrlo.

¿Cómo quieres que sea tu vida en los próximos meses, años o incluso décadas? Cuando tengas una imagen en tu mente, trabaja hacia atrás. Ir en sentido inverso a partir de tu objetivo te ayudará a aclarar qué pasos puedes dar ahora mismo y en el futuro inmediato para acercarte a tu objetivo a largo plazo. 

Por ejemplo, si quieres trabajar en un nuevo campo dentro de unos años, tal vez ahora sea el momento de hacer conexiones en esa industria o encontrar capacitación que puedas realizar en tus horas libres. 

Dar pequeños pasos a lo largo del tiempo puede ayudarte a alcanzar esa meta más grande y estar bien preparado para ella cuando llegue. 

Paso 4: Establezca (pequeños) pasos

Compara dónde te gustaría estar en el futuro con dónde estás ahora. Luego, divide el camino desde “aquí” hasta “allá” en pasos pequeños y manejables que te resulten más fáciles de seguir. 

Establecer los pasos no solo lo hace menos abrumador, sino que también lo ayuda a mantenerse presente y capaz de  experimentar su éxito , lo que lo ayuda a sentirse positivo y motivado. 

A este ritmo, también podrás ver mejor dónde puedes necesitar cambiar tu plan a medida que avanzas, y podrás poner constantemente un paso delante del otro y seguir adelante.

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Paso 5: Derribar los obstáculos

Mientras planifica los pasos a seguir, revise su lista de “lo que no funciona” y piense en lo que le impide alcanzar sus objetivos. Encuentre los obstáculos en el camino y luego prepárese para comenzar a derribarlos.

Tal vez realmente necesites  menos estrés en tu vida hoy para poder tener una idea de dónde quieres estar en el futuro, y mucho menos tomar las medidas necesarias para llegar allí. 

Vuelve a tu lista. ¡Ahora es el momento de hacer algunos recortes!

¿Ves muchos compromisos, relaciones y otras partes de tu vida que no son absolutamente necesarias? ¿Estas cosas te agotan en lugar de hacerte sentir con energía y motivación? Ahí es donde debes empezar a tachar elementos de tu lista. 

Puede resultar útil pensar en cada “desagüe” como una compensación. ¿Realmente desea estas cosas en su vida o desea poder dar pasos hacia las cosas que son realmente importantes para usted? Cuando ve que tiene opciones tangibles, es más fácil hacer cambios. 

Por supuesto, habrá cosas que desearías poder eliminar, pero no puedes. Y eso está bien, ¡así es la vida! En lugar de eso, intenta encontrar formas de reducir estas cosas tanto como puedas, ya sea tu tiempo, energía o cualquier otra cosa que estés dedicando a esas cosas que no te están dando mucho a cambio. 

Paso 7: Construir estructuras y establecer límites

Debes crear sistemas en tu vida que refuercen los cambios que deseas realizar. Cuando tengas algunas estructuras de apoyo, no tendrás que aportar todo tu propio impulso. 

Por ejemplo, si quieres empezar a ejercitarte más seguido, unirte a un gimnasio puede hacer que el objetivo se sienta más “oficial”, y la inversión monetaria podría servir como motivación (¡especialmente en días en los que realmente no tienes ganas de ir!). 

Si quieres aliviar el estrés, busca una práctica de cuidado personal que te guste e incorpórala a tu rutina diaria. Por ejemplo, cómprate un diario o una aplicación relajante y configura un recordatorio relajante en tu teléfono para que te anime a escribir unos minutos al final del día. 

Si quieres pasar más tiempo con tu pareja, programa una cita nocturna en tu calendario. Si sientes que tu agenda está llena de listas de cosas por hacer y citas, ¡úsala a tu favor!

Así como no querrías llegar tarde a una reunión de trabajo o faltar a tu control dental anual, es posible que descubrir que considerar el tiempo de calidad con tu pareja como algo que “no debes perderte” te ayude a practicar cómo convertirlo en una prioridad.

A veces, tenemos que recordarnos que nuestras relaciones con los demás son tan importantes (o incluso más) que todas las “cosas que tenemos que hacer” en la vida. Eso puede significar programar el tiempo para nuestros seres queridos hasta que aprendamos que estos momentos especiales son importantes y que no deberíamos sentir que tenemos que dejarlos de lado en favor de otras responsabilidades. 

Establecer estructuras en tu vida te ayuda a seguir adelante con esos planes del tipo “Debería empezar…” que tienes en tu cabeza y hacerlos realidad. 

También necesitas algunos límites que puedan actuar como una valla protectora o un campo de fuerza alrededor de tu tiempo y energía. 

Puede resultar fácil perder de vista tus necesidades cuando antepones constantemente las de los demás a las tuyas. Y si caes en este patrón tan a menudo que te quedas estancado, la línea que te separa de los demás puede volverse bastante borrosa. Lo que crees que son tus necesidades, valores y objetivos en realidad pueden ser los de la otra persona. 

Recuerda que está bien decir no, especialmente si lo que te piden asumir o hacer no se alinea con tus valores o en realidad te alejaría de tus objetivos en lugar de ayudarte a acercarte a ellos. 

También está bien no aceptar algo de inmediato y tomarse el tiempo que necesite para pensarlo y estar seguro de que la elección que está haciendo es una que le hace sentir bien. En lugar de decir “sí” de inmediato, intente decir: “¡Gracias por pensar en mí! ¿Puedo pensarlo y volver a hablar con usted?”

Paso 7: Pide (y acepta) ayuda a lo largo del camino

No puedes hacer estos cambios solo. Pedir y aceptar la ayuda de los demás te ayudará a mantenerte motivado y en el buen camino.

Permitir que otros te apoyen podría significar delegar tareas que te sobrecargan o unirte a un grupo de apoyo para conectarte con otras personas que también están trabajando para hacer cambios en sus vidas.

Pregúntate qué necesitas para que tus planes se hagan realidad y qué debes hacer para asegurarte de que se cumplan. Busca ideas e inspiración en otras personas si no estás seguro de qué recursos necesitas o dónde encontrarlos. 

El hecho de que hayas decidido comenzar a elaborar un plan no significa que el trabajo esté terminado. ¡Está en curso! 

Haz un balance de tu vida con regularidad para asegurarte de que te estás moviendo en la dirección que quieres seguir. Si notas que estás dejando de lado lo que valoras y sientes que te estás desviando del camino, guíate suavemente hacia donde estás poniendo en práctica lo que más valoras en tu vida. Ser capaz de volver a centrarte es el secreto para que los cambios de vida perduren. 

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