Cerrar este reproductor de vídeo
Puede sorprender a los amantes de los perros, pero la cinofobia, o miedo a los perros, es una fobia específica relativamente común . Aunque las fobias a las serpientes y a las arañas son aún más frecuentes, es mucho más probable que nos encontremos con perros en la vida diaria, por lo que hay muchas más oportunidades para que el miedo se manifieste. Apenas podemos salir a la calle sin encontrarnos con un perro en cuestión de minutos, y a menudo con razas grandes como los pastores alemanes. Una fobia a los perros puede ser devastadora, ya que limita el contacto con amigos y familiares que tienen perros y limita las actividades normales.
Es posible que no recuerdes un momento en el que no tuvieras miedo a los perros, pero eso no significa que estés destinado a tener miedo para siempre. Existen muchas estrategias que pueden ayudarte a superar tu miedo.
Índice
De un vistazo
Pero a todo el mundo le encantan los perros, ¿no? ¡La respuesta es rotundamente no!
- Las fobias a los animales representan una de las fobias específicas más comunes que experimentan las personas.
- Los perros y los gatos (sin duda nuestras mascotas más populares) son la fuente de miedo en el 36 % de las personas que buscan tratamiento para una fobia a los animales.
- Puede parecer lo último que querría hacer, pero la exposición a perros en un entorno seguro y controlado gestionado por un profesional de la salud mental suele ser la mejor manera de ayudar a disminuir su miedo y aprender habilidades de afrontamiento.
Causas de la cinofobia
Al igual que la mayoría de las fobias a los animales , el miedo a los perros suele estar causado por una experiencia negativa con un perro, especialmente durante la infancia. Tanto los niños como los perros son curiosos por naturaleza, y es posible que un cachorro sobreexcitado te haya saltado encima o que un perro guardián grande te haya gruñido al acercarte a una valla.
Un perro grande puede causar una gran impresión en un niño pequeño, incluso si no se produjo ningún ataque real.
La experiencia negativa no tiene por qué haberte afectado directamente. Muchos padres advierten a sus hijos sobre el peligro de acercarse a perros desconocidos. La imaginación fértil de un niño combinada con una comprensión incompleta o incluso errónea del comportamiento de los perros puede llevar a una fobia total a los perros. Si un amigo o familiar fue atacado por un perro, o un padre abrigaba un miedo malsano, el riesgo de desarrollar cinofobia aumenta.
Cómo se puede sentir el miedo a los perros
Como todas las fobias, el miedo a los perros puede variar drásticamente en gravedad de una persona a otra. Es posible que solo tengas miedo de las razas grandes. Puede que te sientas incómodo cerca de perros vivos, pero que te sientas perfectamente feliz viéndolos en fotografías o programas de televisión. Del mismo modo, los síntomas de la cinofobia también pueden variar.
Las reacciones comunes incluyen:
- Intentando ocultarse
- Desorientación
- Congelado por el terror
- Náuseas
- Huyendo
- Sacudida
Es posible que incluso empieces a llorar. La ansiedad anticipatoria suele aparecer en los días previos a una confrontación conocida.
¿Tengo realmente una fobia?
El miedo a los perros no siempre equivale a una fobia en toda regla. Para diagnosticar una fobia específica, como la cinofobia, se requieren varios factores, entre ellos:
- La situación casi siempre provoca miedo inmediato.
- La ansiedad que sientes es desproporcionada con respecto al peligro real.
- Evita cualquier situación en la que pueda estar presente un perro.
- El miedo y la ansiedad que sientes provocan una angustia o un deterioro significativos.
Además, las conductas de miedo o evitación deben durar seis meses o más y no explicarse mejor por un problema de salud mental diferente.
Seamos honestos, si le tienes miedo a los perros, probablemente no te preocupe demasiado si técnicamente se trata de una fobia o no. Solo quieres saber qué puedes hacer al respecto, ¿no? Nadie quiere vivir su vida con miedo, y los perros son mascotas tan comunes que vale la pena explorar tus opciones para lidiar con este miedo.
Complicaciones
Debido a que los perros son tan populares como mascotas y compañeros, evitarlos puede resultar casi imposible. Es posible que termine limitando el contacto con los dueños de perros, incluso hasta el punto de evitar las reuniones familiares. Es posible que no pueda disfrutar de actividades al aire libre, como caminar por el parque, hacer senderismo o acampar, ya que muchos entusiastas de las actividades al aire libre llevan a sus perros. Con el tiempo, su rutina normal puede verse extremadamente restringida mientras intenta evitar cualquier contacto accidental con un perro.
Este creciente aislamiento puede provocar depresión y otros trastornos de ansiedad. Algunas personas pueden volverse cada vez más reacias a salir de sus hogares.
Tratamiento para la cinofobia
Como todas las fobias a los animales, el miedo a los perros responde bien al tratamiento. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tipo de tratamiento que puede resultar eficaz. Las técnicas cognitivo-conductuales, como la desensibilización sistemática y la inundación, están diseñadas para ayudar a eliminar el miedo y fomentar habilidades de afrontamiento más útiles.
Aunque estas técnicas se realizan tradicionalmente con perros vivos, también se puede realizar una exposición activa-imaginal. Si se le aplica este tipo de tratamiento, se le animará a que actúe con conductas positivas, como acercarse a un perro y acariciarlo. Sin embargo, en lugar de interactuar con un perro vivo, lo imaginará vívidamente.
Si un amigo o un ser querido tiene miedo a los perros, es importante que seas empático con su situación, incluso si su miedo no tiene sentido para ti. No importa lo cariñoso o cariñoso que sea tu propio perro, no intentes obligarlo a interactuar con él. Solo profesionales capacitados deberían ser los encargados de dirigir este tipo de exposición.
Si su fobia es grave, se pueden utilizar medicamentos junto con la terapia. Algunos medicamentos pueden reducir significativamente su ansiedad, lo que le permitirá centrarse en las técnicas terapéuticas.
Aunque la cinofobia puede ser grave, es muy tratable. Con un poco de trabajo, no hay motivo para que sigas lidiando con los síntomas por tu cuenta.