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A medida que el ritmo más lento y relajado de las vacaciones de verano llega a su fin, los padres y sus hijos se preparan para volver a la escuela. Los cambios en las nuevas rutinas y horarios pueden alterar la dinámica y los patrones familiares que se establecieron durante los meses de verano. Desde preocupaciones financieras y académicas hasta ansiedad por separación , esta transición puede ser una fuente importante de estrés para los padres y los niños.
Cada familia es única y experimenta factores de estrés individuales. Por ejemplo, es posible que un padre no se sienta igual ante los cambios en la rutina que otro. Este artículo analiza cómo los padres pueden gestionar el estrés de que sus hijos vuelvan a la escuela.
Índice
Priorizar el autocuidado
Durante esta transición, es importante tener compasión por uno mismo, atender las propias necesidades y priorizar el cuidado personal. Cuando los padres se sienten estresados, sus hijos también lo sienten, lo que puede afectar negativamente su comportamiento.
Para lidiar con el estrés de volver a la escuela, primero puedes dar un paso atrás, notar cómo te sientes y reconocer que necesitas realizar prácticas de cuidado personal .
Hay muchas maneras en las que los padres pueden priorizar su bienestar emocional y físico. “Esto puede incluir reservar tiempo para actividades que disfrutan, como hacer ejercicio, leer o pasar tiempo con amigos”, aconseja Kenzi Locks, creadora de Growforth Family Building , trabajadora social clínica autorizada, coach de salud y bienestar y experta en desarrollo familiar.
Los padres pueden incorporar diversas técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir el estrés, como ejercicios de respiración profunda o meditación. No es necesario que estos ejercicios requieran mucho tiempo y se pueden integrar a lo largo del día. Por ejemplo, puede probar la meditación durante las tareas domésticas, caminar con atención plena o meditar durante las transiciones.
Comunicación y apoyo
Gestionar múltiples responsabilidades, como asistir a eventos escolares, preparar almuerzos y organizar entregas y recogidas de niños, puede contribuir al estrés de los padres durante este período.
Las dificultades económicas pueden ejercer presión sobre las familias. Es posible que los padres deban ajustar sus horarios de trabajo, pagar actividades extracurriculares, cuidado de niños después de la escuela y comprar útiles escolares o uniformes, lo que afecta la situación financiera de la familia.
Los padres pueden experimentar ansiedad por las interacciones sociales de sus hijos. Por ejemplo, pueden preocuparse por cómo se adaptan sus hijos a sus amigos y compañeros. El acoso escolar es más común en los últimos años de la escuela primaria y secundaria.
“[El acoso escolar] suele ser una preocupación mayor si el propio niño, sus hermanos mayores o incluso el padre han tenido dificultades para adaptarse o han sido acosadores en el pasado”, añade Locks.
La comunicación regular es fundamental para garantizar que se aborden las preocupaciones de la familia y que la adaptación se produzca sin problemas. Establezca un diálogo abierto, fomente conversaciones honestas y cultive un entorno seguro para hablar sobre los problemas.
Por ejemplo, puede programar una reunión familiar semanal. Este tiempo dedicado permite que los padres y los niños tengan la oportunidad de hablar sobre lo que está sucediendo, pensar en formas de ayudarse mutuamente, ofrecer apoyo o buscar ayuda de un profesional .
Es importante que sepas que no estás solo en lo que estás atravesando. Hay otros padres que están pasando por una experiencia similar. Compartir sus problemas juntos puede ayudarte a sentirte validado y menos solo, con un sentido de comunidad. Hablar con un consejero profesional también puede ayudarte a ganar perspectiva y aprender formas efectivas de afrontar la situación .
Locks explica: “Buscar apoyo social hablando con amigos de confianza, uniéndose a grupos de apoyo o buscando asesoramiento profesional puede brindarles a los padres una salida para procesar sus emociones y recibir orientación”.
Buscar apoyo social hablando con amigos de confianza, uniéndose a grupos de apoyo o buscando asesoramiento profesional puede proporcionar a los padres una salida para procesar sus emociones y recibir orientación.
Creando una rutina estructurada
Establecer una rutina diaria consistente puede beneficiar a los niños y a los padres mientras se adaptan al horario escolar.
“Las técnicas de gestión del tiempo, como priorizar tareas, delegar responsabilidades y establecer una rutina estructurada, pueden ayudar a los padres a sentirse más en control y reducir el estrés”, explica Locks.
Algunos consejos pueden incluir:
- Simplifique la planificación de las comidas . Prepare grandes cantidades de sopas, guisos y platos de pasta que se puedan congelar. Estos platos se pueden recalentar y servir fácilmente en las noches más ajetreadas. Sea flexible en cuanto a la composición de las cenas y los almuerzos. Un sándwich de queso a la parrilla, frutas y verduras cortadas, hummus y pan pita pueden ser comidas rápidas, fáciles y nutritivas.
- Crea un calendario familiar . Administra tu tiempo de manera eficaz creando un calendario familiar. Comparte las responsabilidades del hogar asignando tareas adecuadas a la edad de cada miembro de la familia.
- Optimice sus tardes . Adopte una rutina que prepare a los niños para la mañana. Por ejemplo, pídales que elijan su ropa antes de cepillarse los dientes. Guarde todo lo que necesitan para la escuela, como libros de la biblioteca, tareas, permisos o artículos para mostrar y contar en sus mochilas después de la cena.
Gestión de expectativas y presiones
Los padres quieren lo mejor para sus hijos. Quieren que crezcan y se conviertan en personas felices, sanas y equilibradas. Algunos padres consideran el rendimiento académico como un indicador de éxito futuro. Esta creencia puede ejercer presión y generar ansiedad en los niños en el ámbito escolar, haciéndoles sentir que su autoestima está ligada a sus notas.
Es común que los padres se preocupen por las calificaciones de sus hijos y se pregunten si necesitan apoyo adicional. Sin embargo, Locks aconseja a los padres que recuerden que el éxito del futuro de un niño no depende únicamente de las calificaciones y la capacidad para realizar exámenes, sino que también abarca el crecimiento personal, el desarrollo del carácter y el bienestar emocional. Locks explica que la clave para establecer expectativas realistas y saludables para los niños es tener un enfoque equilibrado.
Comience con un diálogo abierto con su hijo y su maestro. Esto puede ayudarlo a comprender mejor el estilo de aprendizaje , las fortalezas y las oportunidades de su hijo. Luego, puede ayudarlo a establecer metas realistas y alcanzables adaptadas a sus necesidades.
Locks enfatiza que las habilidades de cada niño son únicas. Mientras que algunos pueden terminar las tareas escolares a tiempo y aprobar los exámenes con facilidad, otros pueden tener dificultades. Es importante evitar comparar a los niños con sus hermanos o con otros niños de la vida familiar.
“Fomentar el amor por el aprendizaje, enfatizar el esfuerzo por sobre el resultado y celebrar los pequeños logros puede ayudar a fomentar un enfoque saludable de las expectativas académicas”, agrega Locks.
Desarrollar resiliencia y estrategias de afrontamiento
Los períodos de transición pueden ser abrumadores para los padres; desarrollar resiliencia y adoptar estrategias de afrontamiento efectivas pueden marcar una diferencia significativa a la hora de afrontar los desafíos del período de regreso a clases.
Practicar el autocuidado puede ser una forma eficaz de reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.
Locks comenta que es útil que los padres practiquen técnicas de reducción del estrés, como la respiración profunda, la atención plena o la participación en actividades que fomenten la relajación. Se ha demostrado que los padres que practican la atención plena en la crianza de los hijos y en las relaciones pueden mejorar los resultados de los niños, la salud y el bienestar de la familia.
El estrés de la vuelta al cole puede afectar a la dinámica entre las parejas. La ansiedad añadida puede hacer que los miembros de la pareja se sientan nerviosos y resentidos, culpándose mutuamente de los problemas en lugar de afrontarlos juntos como equipo. “Para las parejas, es fundamental tener una comunicación abierta sobre sus necesidades cambiantes durante este período de transición”, aconseja Locks.
Fomentar el amor por el aprendizaje, enfatizar el esfuerzo por sobre el resultado y celebrar los pequeños logros puede ayudar a fomentar un enfoque saludable de las expectativas académicas.
CERRADURAS KENZI, LCSW
Locks comparte que tener compasión por usted mismo y su hijo, practicar la gratitud, aceptar la flexibilidad y reformular los pensamientos negativos con una perspectiva positiva puede ayudar a los padres a transitar la estresante transición de regreso a la escuela de manera más efectiva.
En definitiva, adaptarse al período de regreso a clases no es fácil para ninguna familia. Sin embargo, es posible lidiar con el estrés y, al mismo tiempo, apoyar a los niños durante esta transición adoptando mecanismos de afrontamiento útiles, utilizando herramientas de gestión del tiempo eficaces, estableciendo líneas de comunicación abiertas en la familia y priorizando las prácticas de autocuidado.