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Hemofobia(también llamada hematofobia) es el miedo a la sangre, las heridas y las lesiones. La hemofobia está categorizada por el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría como una fobia a la “inyección de sangre y lesiones” (BII). Este subtipo, que también incluye la tripanofobia o miedo a las agujas, puede causar síntomas que no se observan con frecuencia en otros tipos de fobias específicas .
Tener aversión a la sangre es natural; de hecho, las películas de terror a menudo se aprovechan de nuestra incomodidad mostrando grandes cantidades de sangre falsa para inspirar miedo e inquietud en su audiencia. Sin embargo, la hemofobia causa mucho más que incomodidad, y alguien con esta afección experimentará síntomas muy angustiantes y perturbadores al ver sangre.
En este artículo se analizan los síntomas, el diagnóstico y las causas de la hemofobia. También se tratan los tratamientos y las estrategias de afrontamiento que pueden resultar útiles.
Índice
Síntomas de la hemofobia
La hemofobia puede causar síntomas físicos como:
- Mareo
- Desmayo
- Aumento inicial de la frecuencia cardíaca, seguido de una caída repentina de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial.
- Náuseas y malestar gastrointestinal.
- Respiración rápida
- Sacudida
- Transpiración
También puede causar síntomas emocionales, que incluyen:
- Ansiedad anticipatoria ante procedimientos médicos
- Miedo y ansiedad extremos al ver o pensar en sangre.
- Sensación de intenso asco al ver sangre.
- Ataques de pánico
- Evitación persistente de procedimientos médicos que puedan implicar la visión de sangre.
- Problemas de funcionamiento en otras áreas de su vida.
- Choque
Los niños también pueden mostrar signos de hemofobia al aferrarse, llorar, quedarse paralizados y hacer berrinches como respuesta a su miedo a la sangre.
Si bien la mayoría de los tipos de fobia provocan un aumento de la actividad cardíaca, las fobias BII, como la hemofobia, pueden causar una reducción abrupta y a veces peligrosa de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esta caída repentina puede provocar desmayos al ver sangre, lo que es relativamente común en las personas con hemofobia.
En raras ocasiones, una reacción extrema al ver sangre puede provocar un paro cardíaco e incluso la muerte. Si usted o un ser querido experimenta síntomas cardíacos graves después de ver sangre, llame al 911 o busque ayuda de inmediato.
Para obtener ayuda para lidiar con la hemofobia, comuníquese con la línea de ayuda nacional de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) al 1-800-662-4357 .
Diagnóstico de la hemofobia
Al diagnosticar una fobia , su médico buscará señales que muestren que su miedo a la sangre es extremo, ha durado al menos seis meses y causa problemas importantes en otras áreas de su vida.
Su médico también comprobará si tiene síntomas de una fobia relacionada, como el miedo a los hospitales ( nosocomefobia ) o a las agujas ( tripanofobia ), o si muestra signos de una afección comórbida común, como:
- Agorafobia
- Fobia basada en animales
- Depresión
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
- Trastorno de pánico
- Trastorno de ansiedad social (TAS)
Resumen
Para diagnosticar la hemofobia, su proveedor de atención médica le hará preguntas sobre sus síntomas, su gravedad y cuánto tiempo han durado. También le hará preguntas sobre cómo estos síntomas afectan su vida y puede evaluarlo para determinar si sus síntomas podrían ser causados por otra afección de salud mental.
Causas de la hemofobia
La hemofobia afecta a entre el 3% y el 4% de las personas. Si bien es difícil determinar una causa exacta, las fobias BII pueden tener un componente genético. Muchas personas con este tipo de miedo tienen varios miembros de la familia con la misma afección. También es posible haber desarrollado esta fobia durante la infancia si un cuidador u otro adulto mostró un malestar extremo en presencia de sangre.
La hemofobia también puede estar relacionada con un traumatismo. Si ha sufrido o presenciado una lesión grave que implicó una pérdida importante de sangre, es posible que desarrolle una fobia.
Tu fobia también puede tener su origen en otro miedo subyacente, como:
- Dentofobia o miedo a los dentistas
- Iatrofobia o miedo a los médicos
- Trastorno de ansiedad por enfermedad o miedo a sufrir enfermedades graves
- Misofobia o miedo a los gérmenes
- Nosofobia o miedo a una enfermedad específica
En algunos casos, el miedo a la sangre puede estar relacionado con un miedo a la pérdida de control o incluso con un miedo a la muerte .
Tipos de hemofobia
Los síntomas de la hemofobia pueden presentarse en diversas situaciones; no es necesario estar a la vista de sangre para sentir malestar y ansiedad. Si bien las fobias pueden comenzar como un miedo a un estímulo específico, pueden generalizarse con el tiempo.
Eso significa que puedes experimentar síntomas al encontrar sangre falsa en imágenes, películas, programas de televisión o videojuegos.
Impacto de la hemofobia
La hemofobia puede provocar una amplia gama de problemas que pueden limitar la vida o incluso resultar peligrosos. Si tiene miedo a la sangre, es posible que se muestre reacio a buscar tratamiento médico. Puede posponer o evitar los exámenes físicos anuales y las pruebas médicas necesarias. Puede rechazar la cirugía o los tratamientos dentales.
A los padres con hemofobia les puede resultar difícil o imposible vendar las heridas de sus hijos. Es posible que delegue estas tareas en su cónyuge siempre que sea posible. También puede reaccionar exageradamente ante heridas menores en sus hijos y en usted mismo, y acudir a salas de emergencia o clínicas sin cita previa cuando el tratamiento en casa sería suficiente.
El miedo a la sangre también puede hacer que limites las actividades que conllevan riesgo de lesiones. Es posible que no puedas participar en actividades al aire libre, como senderismo, acampada o correr. Es posible que evites los deportes, las atracciones de feria y otras actividades que percibas como peligrosas.
Con el tiempo, estas conductas de evitación pueden llevarte al aislamiento. Podrías desarrollar una fobia social o, en casos extremos, agorafobia . Tus relaciones podrían verse afectadas y podrías tener dificultades para participar incluso en las actividades normales de la vida diaria. Sentir depresión no es inusual.
Resumen
El miedo a la sangre puede tener un impacto limitado en tu vida. Es posible que evites cualquier situación que pueda provocar lesiones o exposición a la sangre. Como resultado, las actividades diarias normales pueden verse gravemente afectadas, lo que puede afectar las relaciones y contribuir a la soledad y el aislamiento social.
Tratamiento para la hemofobia
La hemofobia responde muy bien a muchos métodos de tratamiento. La terapia suele ser la primera opción de tratamiento, aunque también puede resultar útil la medicación.
Medicamento
Si su fobia es grave, los medicamentos como los antidepresivos o los ansiolíticos pueden ser de ayuda. Estos pueden recetarse para controlar la ansiedad y permitirle concentrarse en su tratamiento, o pueden ser útiles en situaciones en las que tenga que someterse a un procedimiento médico o enfrentarse de alguna otra manera a su miedo a la sangre.
Psicoterapia
Una de las opciones de psicoterapia más comunes para las fobias es la terapia cognitivo-conductual (TCC) . En la TCC, aprendes a reemplazar tu diálogo interno temeroso por respuestas más saludables ante la visión de sangre. También aprendes nuevos comportamientos y estrategias de afrontamiento.
Su terapeuta también puede probar la terapia de exposición , en la que se le expone gradualmente a cosas que desencadenan su miedo. En la terapia de exposición, su terapeuta le proporciona orientación y un entorno seguro para ayudarle a aprender a calmarse al ver sangre.
También pueden resultar útiles otras formas de terapia de conversación, hipnosis e incluso tratamientos alternativos.
Un terapeuta capacitado puede guiarlo a través del proceso de recuperación, que puede ser difícil o imposible de llevar a cabo por su cuenta. Sin embargo, con ayuda, no hay razón para que la hemofobia controle su vida.
Cómo afrontar la hemofobia
Usted puede aprender a controlar su hemofobia , y buscar tratamiento profesional es una parte importante de ese proceso.
También puede ayudar tomar otras medidas, como:
- Aprender más sobre su condición y comprender qué desencadena su miedo.
- Incorporar técnicas de manejo del estrés a su rutina diaria
- Apoyarse en amigos y familiares para recibir apoyo
Si se desmaya al ver sangre, familiarizarse con los síntomas que suelen preceder a un desmayo puede ayudarle a reducir las probabilidades de sufrir lesiones. Si siente que se desmaya, intente lo siguiente:
- Vaya a un área segura para evitar una caída.
- Practica ejercicios de respiración para combatir cualquier hiperventilación.
- Tensa los músculos de los brazos, las piernas y el centro del cuerpo para intentar evitar desmayarte.
Resumen
Además de buscar tratamiento profesional, existen estrategias de autoayuda que pueden ayudarle a afrontar el miedo a la sangre. Comprender la afección y practicar estrategias de relajación puede resultar útil. Saber cómo reaccionar cuando se siente mareado al ver sangre puede ayudarle a evitar lesiones debido a una caída.
Resumen
Si bien es natural sentirse incómodo al ver sangre, si su miedo le impide someterse a controles médicos regulares y a los procedimientos necesarios, puede que sea momento de consultar con un profesional de la salud mental que comprenda cómo tratar las fobias. El tratamiento puede aliviar la ansiedad asociada con la hemofobia y ayudarle a recuperarse de sus síntomas.