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Existe una diferencia entre estar solo y sentirse crónicamente solo. Cuando estás solo , puedes elegir estar en soledad. Disfrutas de conexiones profundas y satisfactorias con otras personas mientras pasas tiempo solo.
La soledad crónica es una profunda sensación de aislamiento que se produce cuando uno se encuentra aislado involuntariamente de relaciones significativas durante un largo período de tiempo. Es posible que esté rodeado de otras personas, pero aun así se sienta como si fuera una isla.
Índice
¿Qué significa sentirse crónicamente solo?
Desarrollar una conexión con los demás es un deseo permanente que comienza en la infancia con nuestros primeros cuidadores. Antes de que sepamos nada sobre el mundo, ya existe un anhelo innato de vincularnos con personas emocionalmente receptivas que puedan satisfacer nuestra necesidad fundamental de cercanía.
Existe un incentivo biológico para llevarse bien con los demás y prosperar. Las investigaciones muestran que las personas que desarrollaron un estilo de apego sano y seguro con los demás informaron tener niveles más altos de felicidad y bienestar.
La soledad puede provocar fuertes sentimientos de socialización, pero pasar días, semanas, meses o años sin una intimidad humana satisfactoria. Estar solo sin una comunidad puede causar sufrimiento, tristeza, silencio y dolor.
Cuando sientes que no tienes a nadie en quien realmente confiar, puedes volverte vulnerable a la soledad, cambiar negativamente tu forma de abordar el mundo y tener consecuencias perjudiciales para la salud.
La soledad crónica no se considera una enfermedad mental específica, sino un fenómeno psicológico natural y una epidemia de salud pública. La soledad puede afectar a personas de todas las edades, géneros, sexualidades, razas y niveles socioeconómicos en distintos momentos de la vida, con graves consecuencias para la salud física y mental.
Señales de soledad crónica
El mayor indicador de soledad crónica es sentir que no tienes relaciones significativas con las que compartir tus problemas y experiencias. Es posible que quieras conectarte con una pareja, un amigo o un familiar y sientas que no tienes a nadie a quien acudir.
Si estás lidiando con la soledad crónica, aquí hay algunos otros síntomas sutiles que puedes experimentar
- Falta de afecto y calidez
- Bajo estado de ánimo y energía
- Deterioro cognitivo
- Problemas de sueño
- Problemas de peso como aumento excesivo de peso.
- Falta de actividad física
- Mala salud física
- Dolor en las articulaciones y el cuerpo.
- Problemas de control de impulsos como ir de compras
- Maratón de programas de televisión o películas
- Dieta poco saludable
- Abuso de sustancias
- Pensamientos cíclicos
- Pensamiento negativo y ansiedad
- Síntomas depresivos como infelicidad, pesimismo
- Sentimientos de inutilidad y abandono.
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Causas de la soledad crónica
La soledad crónica puede deberse a varias razones. La investigación la describe de la siguiente manera:
- La soledad situacional ocurre cuando experimentas un evento en el entorno como un conflicto personal, una mudanza importante, un cambio de carrera, un accidente, un desastre o una pandemia.
- La soledad del desarrollo ocurre cuando usted experimenta un evento físico o psicológico como estilos de vida hogareños inconsistentes, pobreza, problemas de desarrollo, pérdidas dolorosas de alguien importante o tiene una discapacidad mental, física o intelectual.
- La soledad interna se manifiesta cuando experimentas un evento interno como ansiedad, depresión, baja autoestima, culpa o estrategias de afrontamiento defectuosas.
Un estudio de 2022 concluyó que un tercio de los adultos de 45 años o más se sienten solos, y una cuarta parte de los adultos de 65 años o más se sienten socialmente aislados de los demás. Los inmigrantes de mayor edad corren un mayor riesgo de sufrir soledad crónica, ya que mudarse de país puede aumentar las diferencias culturales, como la falta de comunidad, las redes sociales fragmentadas y las barreras lingüísticas para conectarse con los demás.
Investigaciones más recientes también han reconocido altas tasas de soledad entre las personas LGBTQ+ de mayor edad. Esta población puede ser de alto riesgo porque ya es un grupo estigmatizado que puede no estar conectado con amigos y familiares porque fue rechazado debido a su sexualidad. Como resultado, a las personas LGBTQ+ crónicamente solitarias les resulta difícil buscar una compañía significativa debido a la ansiedad, la depresión, los problemas de salud y la incertidumbre a la hora de relacionarse con otras personas dentro de la comunidad.
Si bien se ha creído que las personas mayores son más vulnerables, ya que la experiencia puede aumentar con la edad, la soledad no discrimina. Un estudio de 2014 informó que el 80 % de los adolescentes y niños pequeños menores de 18 años también informaron haber sentido soledad en algún momento de su vida.
Los investigadores sugieren que la soledad puede ser especialmente dolorosa para los adolescentes, ya que aún no han desarrollado las habilidades necesarias para lidiar con el aislamiento. Los efectos de la soledad pueden ser difíciles de sentir cuando ser visto, comprendido, aceptado y amado es esencial para su crecimiento.
Impactos de la soledad
Sentirse crónicamente solo es una experiencia angustiante que puede generar sentimientos intensos de vacío, dolor y pesadez emocional. Una investigación del Laboratorio Central de Genómica de la UCLA descubrió que la soledad modifica y debilita las células del sistema inmunológico, lo que promueve la inflamación y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. Los CDC también descubrieron que la soledad puede ponerlo en riesgo de sufrir afecciones de salud graves como:
- Demencia
- Estrés
- Enfermedad de Alzheimer
- Hipertensión
- Cardiopatía
- Ataque
- Depresión
- Ansiedad
- Obesidad
- Suicidio
- Trastorno por consumo de sustancias
- Trastornos de la personalidad
- Muerte prematura
Otras investigaciones se hacen eco de hallazgos similares sobre la soledad crónica y señalan que quienes la padecen también tienen una mayor probabilidad de necesitar medicamentos psicotrópicos.
Superando la soledad
Vivimos más y estamos más conectados que nunca, pero el nivel actual de soledad no tiene precedentes. Puede parecer insuperable salir de la soledad crónica, pero no es imposible. Es importante recordar que la soledad es una experiencia totalmente normal y universal que nos sucede a todos.
La solución a la soledad crónica es conectar con los demás. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Hace falta valor para abrirse a los demás y arriesgarse al rechazo cuando uno ya se siente tan vulnerable.
Hay pasos sencillos, pequeños y efectivos que puedes seguir para aumentar el cuidado y el afecto en tu vida:
- Sé comprensivo contigo mismo. Es fundamental que comprendas que la soledad crónica puede generar creencias negativas sobre ti mismo y tu valor como individuo, lo que te impide buscar la conexión. Esto puede crear una profecía autocumplida y aislarte aún más de los demás. Intenta centrarte en lo que te gusta de ti mismo y busca cosas buenas en tu interacción. Está bien si esto también lleva tiempo.
- Incorpore el autocuidado . Para salir de la soledad, es importante que crea que es digno de conectarse con otras personas. Esto puede consistir en cuidarse a sí mismo durmiendo bien, alimentándose bien y disfrutando del aire libre. Unirse a un gimnasio o a un grupo comunitario puede ayudar con el aislamiento social y la salud física, al mismo tiempo que promueve la conexión social.
- Ábrete a tus seres queridos . Acércate a las personas de tu vida que puedan compartir contigo su espacio. No te preocupes por estar arreglado, feliz o perfecto para ver a alguien. Simplemente ser tú mismo, en cualquier estado emocional, es suficiente para que la gente te ame y te aprecie. Cambiar tu enfoque puede abrir tu vida a momentos que te abran el corazón, llenos de alegría y conexión.
- Busque pequeños momentos. Cuando esté en la tienda, inicie una conversación con el cajero. Establezca una conexión con alguien cada vez que recoja sus alimentos. O pruebe una nueva clase o actividad e interactúe con una cara amigable. Con el tiempo, estas pequeñas acciones se acumulan, lo que mejora su estado de ánimo y la sensación de ser visto. La conexión no siempre tiene que ser grande. Puede ser gradual y con una variedad de personas para fomentar un sentido de comunidad.
- Ofrécete como voluntario y cuida de otros. Convertirte en parte de tu vecindario y de los esfuerzos de ayuda mutua puede conectarte con otras personas que defienden tus valores y crear un vínculo que ya sabes que tienes en común. Te dará una sensación de perspectiva más amplia, de identidad y de logro saber que estás haciendo el bien.
- Consigue una mascota. La terapia con animales puede ayudar de forma positiva con la soledad. Las mascotas pueden brindarte contacto humano, coherencia, afecto y ayudarte con el aislamiento social, ya que tendrás que salir de casa para cuidarlas.
- Busque un terapeuta. Hablar con un terapeuta puede ayudarle a mejorar la percepción de su soledad y brindarle herramientas, técnicas, responsabilidad y apoyo para conectarse con otras personas.
El anhelo de conexión es un poderoso motivador para sentirse cerca de los demás. Estamos biológicamente programados para estar rodeados de personas, con quienes podemos compartir nuestras historias, experiencias y perspectivas. Estar conectado puede brindarte un propósito mayor, un sentido más profundo de ti mismo y ayudarte a construir tu círculo de seres queridos.