Empatía cognitiva vs. empatía emocional

Generalmente pensamos en la empatía como la capacidad de ponernos en el lugar de otra persona. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que es posible tener varios tipos de empatía, y la empatía cognitiva y la empatía emocional son los dos tipos principales de empatía.

La empatía cognitiva implica saber cómo piensan y sienten otras personas, mientras que la empatía emocional implica sentir las emociones de otra persona.

Aunque son bastante diferentes, tanto la empatía cognitiva como la empatía emocional son igualmente importantes para ayudarnos a formar y mantener conexiones con los demás. Conozca qué es cada tipo de empatía y cómo encontrar un equilibrio entre ambas.

Habilidades fortalecidas por la empatía

Muy bien / Kelly Miller  


¿Qué es la empatía cognitiva?

La empatía cognitiva significa que puedes comprender la perspectiva de otra persona. También se la conoce como adoptar la perspectiva de otra persona o ponerse en el lugar del otro.

En esencia, puedes imaginar cómo sería estar en esa situación, lo que te permitirá comprender mejor su experiencia.

Un ejemplo de empatía cognitiva es cuando un amigo no consigue el trabajo para el que se presentó a una entrevista. Podemos ver que está dolido y decepcionado, y también podemos entender por qué se siente así después de que no le hayan ofrecido el trabajo.

Cuando practicamos la empatía cognitiva, imaginamos cómo sería estar en el lugar de esa persona en ese momento. Esto es diferente a mirar la situación desde nuestra perspectiva, por ejemplo, reconociendo que esa persona tiene talento y que probablemente pronto encontrará un gran trabajo.

¿Qué es la empatía emocional?

La empatía emocional es cuando puedes sentir las emociones de otra persona . Si estás sentado cerca de un ser querido y comienza a llorar, por ejemplo, es posible que tú también comiences a sentirte triste. Esto es empatía emocional. Lo que esa persona está experimentando emocionalmente tiene un impacto en tu estado emocional.

Cuando experimentamos empatía emocional, pasamos de la perspectiva cognitiva a una experiencia emocional compartida.

Los investigadores de psicología social describen la empatía emocional en tres partes:

  • Sentir la misma emoción que la otra persona
  • Sentir nuestra propia angustia en respuesta a su dolor.
  • Sentir compasión hacia la otra persona

Las investigaciones indican que existe una correlación positiva entre la empatía emocional y la voluntad de ayudar a los demás. En otras palabras, es más probable que alguien con empatía emocional se sienta motivado a ayudar a una persona necesitada.

Empatía cognitiva vs. empatía emocional

Los dos tipos de empatía (la empatía cognitiva y la empatía emocional) revelan las formas en que podemos relacionarnos con un amigo o familiar en crisis. Pero existen diferencias claras entre estos dos tipos de empatía.

Empatía cognitiva

  • Tomar la perspectiva de otra persona

  • Imaginando cómo es estar en los zapatos de otra persona

  • Comprender los sentimientos de alguien

Empatía emocional

  • Compartiendo una experiencia emocional

  • Sentir angustia en respuesta al dolor de alguien.

  • Experimentar la voluntad de ayudar a alguien

La capacidad de tener una experiencia emocional compartida con otra persona se pierde cuando hay demasiada empatía cognitiva y poca empatía emocional. El siguiente es un ejemplo sencillo de cómo podría ser esto.

Imagínese que alguien dijera: “Mi abuela acaba de morir y éramos muy cercanos” y luego comenzara a llorar. Así es como una persona podría responder utilizando los dos tipos diferentes de empatía:

  • Respuesta de empatía cognitiva : “Lo siento. Sé que estás triste y que lo que estás pasando es difícil”.
  • Respuesta de empatía emocional : “Lamento lo de tu abuela. Sé que la extrañas. Estoy aquí para ayudarte”. (Esta respuesta puede ir acompañada de lágrimas o expresión de tristeza).

Con esta ilustración muy simplista, podemos tener una idea de cómo se sentiría la otra persona si nos detuviéramos en la empatía cognitiva y no incluyéramos la empatía emocional en la interacción.

La persona recibe las condolencias por el fallecimiento de su abuela y sabe que estás tratando de brindarle consuelo, pero no hay oportunidad de compartir una experiencia emocional . Una experiencia emocional compartida puede resultar bastante reconfortante y sanadora para alguien que lo necesita.

¿Qué es la empatía compasiva?

La empatía compasiva se refiere a sentir simpatía o compasión por otra persona y sus circunstancias. Algunos consideran que este es uno de los principales tipos de empatía que una persona puede experimentar, junto con la empatía cognitiva y emocional.

3 tipos de empatía

Aunque algunas investigaciones enumeran la empatía cognitiva y la empatía emocional como dos tipos principales de empatía, otras sugieren que hay tres tipos de empatía, de los cuales la empatía compasiva es uno.

Cuando tienes empatía compasiva, no solo comprendes la situación de una persona, sino que también buscas mejorarla para que tenga una vida mejor. Te interesa su bienestar y tomarás medidas para que reciba lo que es moral y éticamente justo.

De los tres tipos de empatía, la empatía compasiva suele ser la más deseable. La razón es que eres capaz de comprender por lo que está pasando la otra persona, pero no eres tan emocional como para no poder intervenir y ayudar.

La empatía compasiva incluye la empatía cognitiva (ser capaz de ponerse en el lugar del otro), aunque es un poco más distante que la empatía emocional. A menudo contribuye a las conductas prosociales , como el voluntariado para ayudar a una organización benéfica.

Otros tipos de empatía

Además de la empatía cognitiva, la empatía emocional y la empatía compasiva, una persona también puede experimentar:

  • Empatía afectiva : este tipo de empatía implica tener la capacidad de comprender y compartir las emociones de otra persona sin sentirse estimulado emocionalmente.
  • Empatía somática : este tipo implica tener una reacción física en respuesta a lo que otra persona está experimentando. Por ejemplo, si alguien se siente avergonzado, también puede sonrojarse o tener malestar estomacal.

Por qué es importante la empatía

La empatía ayuda a conectar a las personas, acercándolas entre sí con el fin de ayudarlas y/o sanarlas. Como afirmó el aclamado autor y experto en liderazgo Stephen Covey: “Cuando demuestras una profunda empatía hacia los demás, su energía defensiva disminuye y la reemplaza la energía positiva . Es entonces cuando puedes ser más creativo para resolver problemas”.

A medida que vivimos nuestras vidas en el trabajo y en el hogar, interactuamos continuamente y equilibramos la dinámica de las relaciones. Cuando carecemos de empatía, no podemos desarrollar y nutrir esas conexiones interpersonales. Esto conduce a relaciones tensas , confianza rota , pérdida de relaciones y aislamiento.

Se vuelve más difícil reparar conflictos, trabajar en colaboración o resolver problemas cuando no practicamos la empatía.

Nuestra sociedad depende de la empatía para facilitar las conexiones y el avance. Cuando falta la empatía, nos desconectamos más y somos menos eficaces en nuestra productividad y en la innovación de nuevas ideas.

Practicar la empatía es importante en una variedad de dinámicas de relaciones, como aquellas entre:

  • Socios comerciales
  • Colegas
  • Grupos comunitarios
  • Compañeros de trabajo
  • Relaciones de pareja
  • Familias
  • Amigos
  • Matrimonios
  • Hermanos

También puede haber consecuencias si nuestra capacidad para practicar la empatía es deficiente o disfuncional. Por ejemplo, las investigaciones han relacionado la empatía emocional deficiente y la empatía cognitiva disfuncional con el trastorno de personalidad narcisista . Las personas con personalidades psicopáticas también suelen carecer de empatía.

Las investigaciones sugieren que los narcisistas poseen la capacidad cognitiva de utilizar la empatía cognitiva. Sin embargo, pueden utilizarla como herramienta para conseguir lo que quieren de los demás sin experimentar empatía emocional.

¿La empatía es genética?

Las investigaciones han demostrado que la capacidad de practicar la empatía está influenciada por la genética . De hecho, se ha demostrado sistemáticamente que las mujeres tienen más probabilidades de captar señales emocionales y discernir las emociones con mayor precisión que los hombres.

En un estudio de investigación realizado con la empresa de análisis y pruebas genéticas 23andMe, se identificó una variante genética específica relacionada con nuestra capacidad de empatizar, cerca del gen LRRN1 en el cromosoma 3, “que es una parte muy activa del cerebro llamada cuerpo estriado”.

Se sugiere que la actividad en esta parte del cerebro está relacionada con nuestra capacidad de sentir empatía. Aunque todavía queda mucho por hacer, estos hallazgos están ayudando a los científicos a aprender más sobre las influencias genéticas en el desarrollo y la capacidad de sentir empatía.

Naturaleza vs. crianza

Es posible que hayas oído la frase ” naturaleza versus crianza “. Esta frase hace referencia a un debate de larga data entre investigadores que discuten qué es lo que, según ellos, tiene una mayor influencia en nuestras conductas, rasgos y condiciones.

Aunque se ha descubierto que la genética influye en nuestra capacidad de sentir empatía, también hay mucho que decir sobre nuestras experiencias de aprendizaje social. Algunos investigadores sugieren que la genética es la influencia principal, mientras que otros creen que nuestro entorno y las interacciones sociales pueden ayudarnos a desarrollar cosas como la empatía.

Aprendizaje social

Desarrollada por el psicólogo Albert Bandura, la teoría del aprendizaje social combina elementos de la teoría del aprendizaje cognitivo y de la teoría del aprendizaje conductual. Se sugiere que las personas pueden aumentar su capacidad de empatía modelando y experimentando la empatía de los demás.

Cuando un niño no ha tenido a nadie que le haya prestado atención, tiempo o valor a sus experiencias emocionales, es posible que siga experimentando el mundo y las relaciones sin esta importante habilidad. Entre las cosas que el niño se habría perdido se incluyen:

  • Poder observar a alguien practicando la empatía para saber cómo se ve
  • Tener a alguien que empatice con ellos cuando lo necesitan.
  • Que alguien les enseñe el valor de las emociones.
  • Aprender a construir conexiones significativas con las personas.

La empatía ayuda a cerrar una brecha emocional entre las personas, creando una conexión y una experiencia compartida. Cuando no sabemos cómo se siente una experiencia emocional compartida con alguien, puede resultar difícil saber cómo hacerlo con los demás.

La incapacidad de empatizar puede conducir a problemas en el trabajo, en las relaciones, en las familias y en la sociedad.

Equilibrar la empatía emocional y cognitiva

La empatía cognitiva y emocional son socios maravillosos y pueden ser una pareja fantástica cuando se practican con equilibrio. La capacidad de adoptar la perspectiva de otra persona y comprender cómo sería estar en su lugar, o la capacidad de encontrarse con alguien en su situación emocional y tener una experiencia emocional compartida puede ser un punto de inflexión en casi cualquier dinámica de relación.

Cuando las personas se sienten vistas, escuchadas y comprendidas utilizando la empatía cognitiva y la empatía emocional en conjunto, podemos lograr grandes cosas. Este equilibrio empático permite:

Si su empatía está desequilibrada, ya sea porque tiene demasiada o porque no tiene suficiente, puede afectarle de varias maneras diferentes.

Demasiada empatía

Por muy beneficiosa y valiosa que sea la empatía, se sugiere que podemos tener demasiada, lo que a menudo se conoce como ser empático . Las investigaciones indican que inclinar la balanza de esta manera puede ser perjudicial para el bienestar emocional, la salud y las relaciones.

Durante la empatía emocional, nuestro cuerpo responde a la otra persona y a su experiencia emocional. Si nuestra excitación emocional se vuelve demasiado intensa, puede impedirnos ser compasivos y empáticos.

Nuestra capacidad de practicar la empatía emocional también se convierte en una amenaza para nuestro bienestar si da lugar a sentimientos de aislamiento, incomprensión y falta de autenticidad. Por el contrario, cuando existe una práctica equilibrada de la empatía emocional, podemos compartir una experiencia emocional con otra persona sin dejar que nuestras propias respuestas emocionales se interpongan.

Sentirse emocionalmente descontrolado puede resultar abrumador y provocar una sensación de agotamiento. En última instancia, esto hace que no quieras practicar la empatía porque es demasiado doloroso estar ahí para otra persona.

No hay suficiente empatía

Algunas personas son mejores en la práctica de la empatía cognitiva. Si solo tienes empatía cognitiva, es posible que te resulte difícil acceder a la empatía emocional, ya que estos dos tipos de empatía funcionan desde sistemas de procesamiento completamente diferentes.

Cuando nos apoyamos demasiado en la empatía cognitiva y no lo suficiente en la empatía emocional, nuestras conexiones con las personas pueden resultar tensas. Aunque la otra persona puede sentir que comprendes su situación, también puede sentirse un poco incomprendida, ignorada o ignorada.

Practicando la empatía emocional y cognitiva

Practicar tanto la empatía cognitiva como la empatía emocional puede ser un desafío, pero ambas pueden aprenderse con una práctica intencional y constante. El desafío particular de la empatía emocional es que, cuando la practicamos, debemos ser vulnerables y estar en contacto con nuestras respuestas emocionales.

Posibles barreras a la empatía

  • Cómo fuiste criado
  • Cómo te trataban las personas cuando tenías necesidades emocionales
  • Lo que la gente te enseñó sobre las emociones
  • Mensajes que has recibido sobre el valor de las emociones
  • Miedo a sentirse abrumado
  • Miedo a quedarse atrapado en las emociones con otra persona.

La capacidad de regular nuestro malestar emocional es fundamental, pero también algo que puede resultar difícil de hacer para algunas personas. Aun así, practicar un equilibrio entre la empatía cognitiva y la empatía emocional puede resultar de gran ayuda. A continuación, se ofrecen algunos consejos que pueden resultar útiles en este sentido.

Deja de lado tus puntos de vista

A menudo no nos damos cuenta de cuánto influyen nuestras experiencias y creencias en la forma en que percibimos a las personas y las situaciones. Reducir un poco el ritmo para dejar de lado estos puntos de vista puede ayudarnos a desarrollar la empatía cognitiva al mejorar nuestro enfoque en la persona que tenemos frente a nosotros y sintonizarnos mejor con lo que le está sucediendo.

Usa tu imaginación

Mientras las personas comparten contigo, intenta imaginar cómo sería estar en su lugar. Utiliza las imágenes que comparten, sus emociones o sus circunstancias, e intenta ponerte en su lugar para ver cómo te sentirías en ese momento.

Escucha atentamente

Muchas veces, cuando escuchamos a las personas , estamos desarrollando nuestra respuesta a lo que están diciendo. No solo no podemos escucharlas cuando hacemos esto, sino que a menudo nos perdemos información clave que puede ayudarnos a comprender mejor lo que están tratando de transmitir. Para corregir esto, baje el volumen de su propia voz y suba el volumen de la de la otra persona.

Sé curioso

Para encontrar un equilibrio entre la empatía cognitiva y la empatía emocional, puede ser útil actuar desde una posición de curiosidad. Hacerle preguntas a la persona sobre sus experiencias le permite saber que usted la está escuchando activamente y que desea comprenderla. Esto la ayuda a sentirse vista y escuchada.

Trate de no arreglar

Cuando estamos cerca de alguien que está atravesando por emociones difíciles, es fácil que queramos intervenir y solucionar la situación. No nos gusta ver a la gente sufriendo, así que queremos hacerla reír, animarla y ayudarla a ver el lado positivo. Aunque intentamos ser útiles, esto puede hacer que la gente se sienta ignorada y no escuchada.

Ofrece espacio para que las personas compartan, pero recuerda que no eres responsable de “arreglarlos”.

Una palabra de Verywell

Incluso si nunca aprendiste a sentir empatía por los demás, o si nadie se solidarizó contigo, hay muchas cosas que podemos hacer para practicar la empatía en nuestros hogares, lugares de trabajo y comunidades. Las habilidades de empatía se pueden aprender con un poco de práctica, lo que te permitirá estar ahí para los demás en sus momentos difíciles.

18 Fuentes
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