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Los trastornos de conducta en los niños son patrones de conducta que pueden afectar la capacidad del niño para funcionar en el hogar, en la escuela o en entornos sociales. Dichos síntomas están presentes durante seis meses o más.
Los trastornos de conducta en los niños pueden generar una serie de desafíos y dificultades en la vida del niño. Estas afecciones pueden derivar en problemas sociales, dificultades académicas y problemas disciplinarios en diferentes entornos.
Si le preocupa el comportamiento de un niño, puede resultarle útil conocer más sobre algunas de las condiciones que pueden contribuir a los problemas de conducta en la niñez. Recibir intervención puede ayudar al niño a desarrollar habilidades que lo ayudarán a lidiar con algunos de estos desafíos para que usted pueda brindarle un mejor apoyo.
Es importante recordar que, aunque un niño tenga problemas de conducta, eso no significa necesariamente que tenga un problema de salud mental diagnosticable. Y que le diagnostiquen un trastorno de conducta no significa que deba etiquetarse al niño de forma negativa.
A veces, algunas conductas pueden considerarse problemáticas porque no se ajustan a lo que se espera que haga un niño en un entorno particular.
En estos casos, reconocer las necesidades y características de un niño puede ayudar a los padres, maestros y cuidadores a adaptar las experiencias y brindar intervenciones y adaptaciones que ayudarán a aliviar el estrés y permitirán que los niños interactúen con su entorno de una manera que funcione para sus necesidades individuales.
Índice
Características de los trastornos de conducta en niños
Los trastornos de conducta suelen caracterizarse por conductas que se consideran disruptivas. Debido a que estas afecciones implican acciones dirigidas hacia otras personas, a veces se las conoce como trastornos externalizantes.
Estos trastornos a veces implican:
- Agresión
- Desafío
- Delincuencia
- Hiperactividad
- Inatención
- Impulsividad
- Consumo de sustancias
No todos los problemas de conducta indican la presencia de una afección y la mayoría de los niños experimentan algún tipo de comportamiento disruptivo de vez en cuando. Pero si el comportamiento de un niño dura seis meses o más y afecta su vida familiar, social o académica, debe hablar con el médico del niño.
Diagnóstico de los trastornos del comportamiento en niños
El diagnóstico de los trastornos de conducta en los niños suele implicar una evaluación de sus síntomas. El médico o el profesional de salud mental del niño puede empezar por hacerle preguntas sobre su conducta. También analizará los antecedentes y la historia clínica del niño.
El diagnóstico también puede implicar exámenes de detección, evaluaciones psicológicas y entrevistas con otras personas, como los maestros y cuidadores del niño. Si bien es posible que usted pueda reconocer los signos de un trastorno de conducta, solo un profesional calificado puede hacer un diagnóstico.
Los trastornos de conducta rara vez se diagnostican en niños menores de cinco años. Las rabietas ocasionales y otros comportamientos disruptivos son comunes en los niños durante la primera infancia.
Las investigaciones indican que más del 80% de todos los niños en edad preescolar tienen rabietas de vez en cuando. Estos arrebatos suelen ser de corta duración y los niños los superan a medida que adquieren nuevas habilidades de afrontamiento.
Causas de los trastornos del comportamiento en los niños
Los trastornos de conducta en los niños no tienen una única causa identificable. En cambio, numerosos factores influyen en la aparición de diferentes problemas de conducta. Algunos factores que pueden contribuir a la aparición de un trastorno de conducta son:
- Diferencias en la estructura y la química del cerebro : algunas investigaciones sugieren que las diferencias en el desarrollo, la química y la estructura del cerebro pueden contribuir a algunos trastornos del comportamiento. Los niveles de neurotransmisores y la respuesta del cerebro a diferentes sustancias químicas también pueden contribuir a las diferencias en el comportamiento.
- Genética : ciertos trastornos del comportamiento tienden a ser hereditarios, lo que sugiere que los factores genéticos pueden contribuir a estas afecciones.
- Sexo y género : Los trastornos de conducta son más comunes en los niños varones. Esto puede estar influenciado por factores biológicos, pero las expectativas sociales sobre los roles de género tradicionales también pueden afectar la conducta de los niños. Por ejemplo, mientras que los niños muestran más agresividad física, las niñas tienen más probabilidades de participar en agresiones verbales o relacionales.
- Experiencias traumáticas : los niños expuestos al estrés y al trauma tienen más probabilidades de tener problemas de conducta. Dichos traumas pueden deberse al abuso y la negligencia. Las investigaciones también han descubierto que los niños criados por padres autoritarios tienen más probabilidades de presentar conductas agresivas. Los niños que experimentan factores estresantes socioeconómicos pueden tener más probabilidades de tener problemas de conducta.
Tipos de trastornos del comportamiento en niños
Algunas condiciones que pueden contribuir a problemas de conducta en los niños incluyen las siguientes.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno neuroconductual que suele diagnosticarse por primera vez en la infancia. Implica patrones de comportamiento característicos que pueden incluir hiperactividad, falta de atención e impulsividad. Los niños con estas características pueden tener más dificultades para prestar atención, concentrarse en una tarea y controlar sus conductas.
Las características del TDAH pueden incluir:
- Distraerse fácilmente
- Aburrirse fácilmente
- Dificultad para seguir instrucciones
- Inquietud
- Comportamientos disruptivos y ruidosos
- Interrumpir a los demás
- Actuar impulsivamente
Trastorno de conducta
El trastorno de conducta se caracteriza por la agresión hacia los demás. Los niños con esta afección violan las normas sociales con sus compañeros, en el hogar y en la escuela.
Los niños que padecen trastorno de conducta pueden:
- Intimidar o amenazar a otros
- Entrar en peleas físicas
- Comportarse de manera cruel hacia las personas y los animales.
- Destruir la propiedad
- Robar o mentir para obtener beneficios personales
- Incurrir en conductas delictivas
Trastorno negativista desafiante (TND)
El trastorno negativista desafiante (TND) es una afección que suele comenzar en la infancia y se caracteriza por patrones de agresión y mala conducta. Los síntomas principales de la afección incluyen ira, comportamiento desafiante y venganza.
Los niños con TND tienden a:
- Tener rabietas frecuentes
- Tienen baja tolerancia a la frustración.
- Mentir, molestar intencionalmente a los demás y crear conflictos.
- Son de mal humor y se enojan fácilmente.
- Negarse a cumplir con las solicitudes
Otras afecciones también pueden contribuir a la conducta disruptiva en los niños. Los niños autistas también pueden comportarse de manera inesperada en diferentes situaciones debido a las diferencias en la forma en que se relacionan con el mundo. La ansiedad, el trastorno bipolar , la depresión , los trastornos del aprendizaje y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) también pueden contribuir a las conductas disruptivas.
Tratamiento de los trastornos de conducta en niños
El tratamiento de los trastornos de conducta en los niños depende de la naturaleza, el tipo y la gravedad de los problemas que presente el niño. En muchos casos, las intervenciones se centrarán en lo siguiente:
- Terapia familiar : los niños con trastornos de conducta suelen beneficiarse si sus padres, hermanos y otros miembros de la familia asisten juntos a las sesiones de terapia. La terapia familiar puede mejorar las relaciones y la comunicación, al tiempo que reduce los conflictos.
- Terapia individual : distintos tipos de psicoterapia pueden ayudar a los niños a aprender a controlar la conducta. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque que puede ayudar a los niños a aprender a identificar y cambiar los pensamientos que contribuyen a los problemas de conducta.
- Medicación : si bien no existe ningún medicamento específico para tratar los trastornos de conducta, ciertos medicamentos pueden ayudar a los niños a controlar diferentes síntomas que puedan estar experimentando.
- Educación para padres : los niños con problemas de conducta también pueden beneficiarse si los padres aprenden a responder a los problemas de conducta de manera más eficaz. La educación para padres a menudo se centra en estrategias de gestión de la conducta.
- Tratamiento residencial : En algunos casos, la conducta de un niño puede salirse de control y requerir un tratamiento más intensivo para ayudar a mantenerlo a él y a los demás a salvo.
Resumen
El tratamiento de los trastornos de conducta en los niños depende de la naturaleza de la afección del niño y de la gravedad de sus síntomas. La terapia familiar, la terapia individual, la medicación, la formación para padres y el tratamiento residencial son algunas de las opciones que podrían recomendarse.
Cómo afrontar los trastornos de conducta en los niños
El uso de estrategias eficaces de manejo del comportamiento en el hogar puede ayudar a los padres y a los niños a afrontar mejor los problemas de conducta.
Algunas tácticas que pueden ayudar incluyen:
- Creando una estructura consistente en el hogar
- Ofrecer reglas e instrucciones claras
- Establecer y hacer cumplir límites en el comportamiento
- Utilizar el refuerzo positivo para fomentar los comportamientos deseados
- Usar tiempos de espera para reducir la probabilidad de arrebatos de conducta o comportamientos inapropiados
La mayoría de los niños se portan mal de vez en cuando, y tener rabietas y otros arrebatos de conducta de vez en cuando no suele ser motivo de preocupación. Sin embargo, si un niño presenta patrones de problemas de conducta duraderos que le generan angustia, interfieren en su capacidad para funcionar en diferentes áreas o suponen un riesgo de daño para sí mismo o para los demás, es esencial buscar ayuda. La intervención temprana a menudo puede conducir a mejores resultados y a menos trastornos en la vida de un niño.